Joss Jiménez Espinosa y Santos de la Cruztienen un taller muy especial, donde no se resanan objetos, sino palabras. Se trata del taller de lengua náhuatldeAnellohuani, un colectivo cultural originario de Xochimilco dedicado a la preservación de la cultura de nuestros antepasados a través de la música.

Ahuacatl, chilli, molli, atolli, tamalli, coyotl, tzopilotl, tlacuatzin y cempoalxóchitl son las palabras que quedan cuando el profe Santos restaura términos de origen náhuatl que usamos día a día de forma castellanizada, como aguacate, chile, mole, atole, coyote, zopilote, tlacuache o cempasúchil.

Desde hace tres años, el colectivo Anellohuani imparte de forma gratuita un taller de lengua náhuatl que la gente puede tomar de forma presencial, virtual o híbrida. En las primeras clases del curso, el profe Santos retoma palabras, nombres de lugares y hasta apellidos de origen náhuatl y las usa para mostrar la forma en que esta lengua permea en nuestra cultura:

Todos los días la gente usa palabras de la lengua náhuatl para referirse a los nombres de chinampas, los nombres de cerros, los nombres de caminos, de calles, parajes, apellidos, hierbas, plantas y flores. Siempre mi idea es empezar por ahí, con esas palabras que ya las tienen, empezar a resanar esas palabras que ya están castellanizadas. Por ahí empezamos. No empezamos desde cero.

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Joss Jiménez Espinosa, integrante del colectivo Anellohuani / Foto: Cortesía

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Enseñanza para el pueblo

En la época prehispánica la nobleza mexica acudía a centros de enseñanza conocidos comocalmécac. Por su parte, los jóvenes de los barrios, conocidos comocalpulli, acudían a otros centros de enseñanza llamadostelpochcalli. El taller de lengua náhuatl del colectivo Anellohuani surgió como una especie detelpochcalli, accesible para la gente de todos los barrios de Xochimilco, Milpa Alta y Tláhuac. Si hubiera que compararlo con un nivel educativo, Joss lo equipararía con cursar la primaria en náhuatl:

Es un curso básico. Vamos a equipararlo un poquito con kínder y primero y segundo grado de primaria. Se ven números, colores, el nombre de la comida, el orden familiar, la jerarquía de la familia. Y al final de este curso hay alumnos que sí salen hablando náhuatl.

Por su parte, el profe Santos reconoce que actualmente es imposible que alguien hable náhuatl al 100 por ciento. Sin embargo, quienes cursen el taller del colectivo Anellohuani será capaces de mantener una conversación en lengua náhuatl:

Podrán reconocer cuando se está hablando la lengua náhuatl, reconocer algo escrito, saludar, pedir comida y agua. También podrán decir “Tengo hambre”, decir dónde viven, preguntar “Cómo te llamas”. Es decir, podrán sobrevivir en una comunidad.

Telpochcalli virtual

Además, estetelpochcallide tiempos modernos se adapta a la nueva normalidad. En 2019 el colectivo Anellohuani empezó a colaborar con la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México para impartir su taller de manera gratuita. Ese año las clases fueron presenciales. Luego, en 2020 llegó la pandemia y el taller se impartió de forma virtual. Finalmente, para 2021 se adoptó un modelo híbrido. De acuerdo con el profesor Santos de la Cruz, esto permitió a Anellohuani llegar más allá de Xochimilco y las alcaldías aledañas. Actualmente cada taller cuenta con alrededor de 35 estudiantes de todas las edades y de distintos lugares del país.

Estábamos acostumbrados al taller presencial. Era una dinámica muy local en con la agente de Xochimilco, Milpa Altay Tláhuac, que tienen mucho de la cultura náhuatl a través de sus abuelos. Pero ya en el curso en línea se inscribió gente de Guanajuato, de Hidalgo, de Yucatán y de otros lugares. Nos dio gusto poder abarcar más allá del barrio, de la colonia y del pueblo de aquí de Xochimilco.

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Profesor Santos de la Cruz en clase virtual / Foto: Cortesía

Tierra náhuatl

Pero aunque Anellohuani salga de Xochimilco, Xochimilco nunca saldrá de Anellohuani. El nombre del colectivo significa «el que rema», o «Trajinero» en el contexto de Xochimilco. Lo anterior es sumamente simbólico. En Ciudad de México un taller de náhuatl como el que ofrece el colectivo solo puede ser realidad en esta zona, donde todavía hay muchas personas que utilizan la lengua de forma cotidiana. Joss tuvo sus primeros contactos con la lengua al convivir con trabajadores con las chinampas que hablaban náhuatl.

Por su parte, el profesor Santos es originario de una comunidad náhuatl de Veracruz. Según comenta, tras llegar a la capital tomó la decisión de quedarse en Xochimilco para estar en un territorio náhuatl. Además, a menos de media hora de distancia se encuentra San Pedro Atocpan, en Milpa Alta, donde también hay muchos hablantes de la lengua. Aunado a ello, a esta zona llegan migrantes de comunidades indígenas de estados como Puebla, San Luis Potosí o Veracruz, que también hablan náhuatl. Son precisamente estas características las que hacen pensar al profesor que Xochimilco es el lugar ideal para rescatar la lengua náhuatl.

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Un trabajo contra el tiempo

Como trajinero remando contracorriente, Anellohuani trabaja contra el tiempo para rescatar a través de su taller a la lengua náhuatl, que tiene a 1.4 millones de hablantes en México de acuerdo con datos del INEGI. Esta cantidad equivale al 1.7 por ciento de la población mayor de 5 años en el país. Pero por desgracia, el número de hablantes de náhuatl no está creciendo:

“Se debe seguir con los talleres con el apoyo de la Secretaría de Cultura, con el apoyo de otra institución o sin ningún apoyo, porque el tiempo no espera para el deterioro de la lengua y la cultura. Con el paso del tiempo algunas cosas se han ido perdiendo. Sí hay documentos, sí hay memoria, pero también la gente se nos está yendo y se lleva consigo muchas palabras. Es un trabajo contracorriente”, comentó el profesor Santos.

Sin embargo, el profe es consciente de que el trabajo de rescatar el náhuatl no es de una sola persona. Por ello, propone hacer equipo con la gente migrante. Además, con su taller, Anellohuani no solo preserva la lengua, sino toda la cultura náhuatl. En sus clases, Santos muestra objetos de uso cotidiano en la cultura náhuatl, como elmecapalli, una especie de lazo para transportar cosas, el pixcómitl, una herramienta que se usa para la siembra, o elcoahuicolli, una especie de perchero. También habla de danzas y ofrendas que sobreviven y explica el significado de nombres de lugares, como Azcapotzalco, Xochitepec o Tulyehualco, así como de apellidos de origen náhuatl, como Capultitla, Texocotitla o Teopantitla.

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El colectivo también ofrece cursos de guitarra, bajo, batería, piano y canto, además del taller de lengua náhuatl. Cada año se realiza un recital donde los estudiantes tocan música y cantan en náhuatl. Todo forma parte de un esfuerzo para rescatar la lengua y la cultura dándoles su justo valor:

Tenemos que poner al náhuatl al parejo con el español y con el inglés, porque es una lengua tan valiosas como cualquier otra. Si seguimos considerando que no es valiosa, que es un dialecto nada más, no nos ayuda verlo de esa manera, Es una lengua tan valiosa como el español como el inglés.

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Estudiantes del taller del colectivo Anellohuani / Foto: Cortesía

Si quieres ser parte de este esfuerzo por rescatar la lengua náhuatl, puedes seguir al colectivo Anellohuani a través de redes sociales para saber más sobre su taller y toda su oferta cultural.