Stephanie Fierro es una bailarina de ballet en confinamiento. Se calza las zapatillas y se mete en su tutú. Va en puntas de la sala a la cocina, alcanza una taza de la repisa superior y coloca dentro un sobre de té. Gira la perilla para apagar el fuego de la estufa, toma la tetera con el agua caliente y, grácil, vierte con cuidado.

Da un giro sobre la barra y llega al comedor, toma el control de la TV al tiempo que recorre una silla para volver por su bebida e instalarse, con la pierna doblada por la espalda, contorsionada, a ver su serie favorita.

Durante el confinamiento subió un poco de peso. Si bien se mantiene activa con la práctica de yoga, natación y Gyrokinesis, no pudo realizar rutinas completas.

FOTO: LEONARDO PÉREZ

Ser bailarina de ballet en confinamiento

Apenas en agosto, Stephanie reinició clases por Zoom: 66 recuadros en una pantalla que enmarcan los movimientos de bailarinas y bailarines de la Compañía Nacional de Danza (CND), que se mueven con limitaciones en sus hogares.

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“Este tiempo sirvió para darle descanso al cuerpo, pero cuando dijeron que no íbamos a regresar pronto a los ensayos hubo un periodo en que subí cuatro kilos. Está bien, esa es la realidad. Fue difícil; sufrí bastante ese proceso: el espacio y la actividad presencial son indispensables”, comenta la bailarina de ballet en confinamiento.

Los atletas de alto rendimiento, como las bailarinas profesionales, requieren rutinas específicas para ejercitar el cuerpo.

“En el ballet clásico —comenta Vianka Escalante, instructora de Gyrokinesis de una decena de bailarines de la CND—, el entrenamiento no se limita a una clase: hay que buscar otras alternativas para mantenerse vigente. El cuerpo tiene que seguir en movimiento”.

FOTO: LEONARDO PÉREZ

Por suerte los ensayos vuelven a ser presenciales para los integrantes de la CND. “Aún no está bien definido el protocolo, pero se planea hacer grupos de unas 10 personas con el mismo maestro y pianista, dejar pasar una hora entre ensayos y ajustar espacios físicos para no juntarnos en camerinos”, comenta Stephanie.

Y es que en casa, aunque una silla sirva como apoyo y se puedan realizar algunos saltos sobre una duela especial, la dureza del suelo y la falta de acompañamiento complica la práctica.

Pero no todo fue en contra. En estos meses, la bailarina de ballet en confinamiento Stephanie y otros bailarines han participado en proyectos artísticos virtuales. Uno de ellos fue con con la coreógrafa Claudia Lavista y se proyectará en el Festival Cervantino.

“La danza es un arte efímero y nada se compara con presenciarla en vivo, pero la tecnología también tiene sus ventajas y en México nos habíamos tardado en implementarla. Permite una curaduría, una sutileza de la danza que en un foro no es posible captar”.

bailarina de ballet en confinamiento
FOTO: LEONARDO PÉREZ

Gyrotonic y gyrokinesis

Sistema de movimientos para conectar cuerpo y mente. Fue desarrollado
por el bailarín rumano Juliu Horvath y traído a México por Cristina Calatayud.

Vianka Escalante imparte clases libres, para todo público, cada miércoles a las 16 horas.

IG: @BAILARINESCNDMEX

FOTO: LEONARDO PÉREZ

Danza en el Cervantino

Para celebrar el 250 aniversario de Beethoven, la Compañía Nacional de Danza estrena 10 obras coreográficas: Beethoven en la intimidad. Ludwig en casa 2.0.

Octubre 14, 21:00, en vivo. Transmisión desde Bellas Artes.

festivalcervantino.gob.mx