La Ciudad de México es literatura encarnada que es posible recorrer y leer con los pies; disfrutar su rostro y el paso de los siglos en la arquitectura, monumentos y espacios públicos; conversar con ella a detalle en las páginas y tintas que ha inspirado; intimar y conocer su espíritu indomable reflejado en las personas y personajes que la hacen una galería viviente de asombros, amores y odios.

El libro Amor de ciudad grande del narrador, poeta y ensayista Vicente Quirarte es una reivindicación del derecho a la ciudad y el ejercicio de la vagancia como un arte necesario e inevitable para los chilangos, donde el riesgo de explorar el Distrito Federal no es un peligro sino la posibilidad de bautizar un nuevo mundo.

Una ciudad que cambia constantemente y permanece, una misma calle adquiere otro significado si es recorrida por un par de enamorados, un desfile militar, manifestantes rumbo a una secretaría de gobierno, un hombre jubilado de los trabajados del mundo, un estudiante en busca de transporte, un turista extranjero o un chofer repartidor, donde se puede encontrar un pasaje de lugares comunes, extravagancias, excesos o espejismos.

El autor ofrece una guía a través de estampas, fotografías, historias, tintas y personas de la Ciudad de México que terminaron por vivirla y dejarse vivir sin sorpresa ni sobresaltos, donde la ciudad no solo es escenario y escenografía, también se convierte en personaje. Una declaración de amor y de odio, ciudad que da y quita, letal y dadivosa, espacio urbano que sobrevive entre el paraíso y el desastre, desde que era el ideal del pensamiento renacentista hasta su transformación en la megalópolis.

La ciudad ha estado presente en la literatura desde los poemas de Nezahualcóyotl hasta la barda ocupada por grafiti, el libro reúne textos que recorren la ciudad través del tiempo, en las letras de Francisco Cervantes de Salazar, Niceto de Zamacois, Alejandro de Humboldt, Agustín Yáñez, Manuel Payno, Francisco Zarco, Manuel Gutiérrez Nájera, Guillermo Prieto, Ignacio Ramírez “El Nigromante”, Efraín Huerta, Federico Gamboa, Fernando del Paso, Juna Rulfo, José Emilio Pacheco, Elena Poniatowska, entre otras destacadas plumas.

Contiene historias como la solicitud de Miguel de Cervantes Saavedra para trabajar en las “Indias”; los decretos de Felipe III, como exentar el pago de una gallina; la domesticación de la noche a partir de la llega de alumbrado público y como se apagaba para disfrutar las noches de luna llena; las campanas que marcaban el ritmo ciudadano a lo largo del día; la teatralidad con que se recibió a Maximiliano de Habsburgo y que la gente no veía diferencias con el Benemérito de las Américas, y repetía: “Juárez indito, Juárez güerito, todo igualito”; los hoyos negros de la marginalidad y los primeros templos de las delicias en la capital.

Invitación a usar las calles de la Ciudad de México más allá de una simple vía de tránsito para llegar a un destino, sino como espacio de recorrido gratuito, con la lentitud y la delicia con las cuales se descubre el cuerpo de la persona amada, sus secretos y novedades, como un espacio natural para el ejercicio de las pasiones que puede y debe con los seis sentidos.

Amor de ciudad grande

Vicente Quirarte

Pag. 225

Ed. FCE/UNAM

$165