Lo sazonas con unos cuantos recuerdos, ingredientes seleccionados exhaustivamente, una buena dosis de paciencia y ¡listo! Así son los Tamales Don Vic, una sabrosa tradición de Tepito para el mundo.

No hay sensación más placentera que probar un bocado delicioso, de esos que te ponen los ojos brillosos y el corazón contento. Aunque la fórmula para conseguirlo varía según el guisado, lo que nunca debe faltar es el cariño que se pone al prepararlo.

Tamales Don Vic, una tradición familiar

Desde hace casi 40 años, la puerta 1 del Mercado de Granaditas, en Tepito, ha sido bendecida por los Tamales Don Vic, un simpático cochecito donde el mismísimo Víctor Zárate ofrece sabrosos tamalitos rancheros. Todos los vendedores, en el mercado y los ambulantes de la zona, lo conocen: “Llega como a las 10:30, esa es su puerta”.

Su sazón lo ha hecho popular, pero lo que atrapa es la pasión que tiene al hablar de comida.

Don Vic prepara tamales de lo que quieras, pero de cajón tiene lomo en adobo, queso manchego con rajas y pollo en salsa verde. Es una tradición veracruzana con mínimo 80 años, dice: “Lo hacían mis bisabuelos, ellos se lo enseñaron a mis padres y ellos a mí”.

Desde chamaco, por ahí de los 9 años, le entró a la tamaliza ayudando a su mamá con la venta, cuando tres tamalitos costaban $1 peso.

Aunque el tiempo ha pasado, mantiene la receta que aprendió en Jalapa Enríquez, Veracruz. “Son rancheros porque en el pueblo había muchas rancherías. En días festivos o de convivencia familiar todas hacían estos tamales”.

Don Vic nos platica muy orgulloso de su trabajo, de todos los hermanos —son 10— fue el único que decidió seguirle porque nació para tamalero.

“De niño veía que siempre había comida y por eso fue fácil para mí elegir un trabajo tan hermoso como este”.

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El secreto de los tamales rancheros

No vamos a negarlo, trabajar en cocina es extenuante, muy, muy pesado. Sus jornadas llegaron a extenderse 20 horas al día, por lo que contrató personal; sin embargo, ahora ha preferido mantenerlo familiar para mantener la calidad.

Eso sí, ahora prepara los tamales cada tercer día “porque cada vez el cuerpo se cansa y ya no tienes la misma fuerza, el mismo ímpetu”. En temporadas altas, como el Día de la Candelaria, sus hijos, esposa y hasta yerno entran al quite con las desveladas cocinando.

Sus tamales pesan casi medio kilo, así que te llenas con uno. Tienen suficiente relleno —¡y muy sabroso!— y la textura es extremadamente suavecita, tierna y húmeda. Verdaderamente una gozada probar estos tamalitos. Para prepararlos utiliza la receta Jalapeña que lleva masa precocida, es decir, antes de armarlos cuece la masa con manteca, caldo y sal para obtener un acabado final untuoso que los distingue del resto de tamales de la ciudad.

“Para todo el mundo son tamales oaxaqueños cuando no tienen nada que ver”, asegura Don Vic. “Los tamales rancheros son más laboriosos que los oaxaqueños, pero el resultado es muy gratificante”.

Por otro lado, los ingredientes son tratados con muchísimo cuidado, marcando toda la diferencia. Muchos transeúntes repelen por el precio, ya que cada tamal cuesta $70 o $75 pesos según la especialidad, pero es un precio justo por lo que se está consumiendo. Va calado, va garantizado.

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De adobo, de queso y de pollo

Tantos años en el negocio le han dado a Don Vic muchísima experiencia, pero el dice que el secreto es el cuidado que pone desde la selección de los ingredientes.

“No es tanto el hacerlo, sino seleccionar lo que es cobre, acero, aluminio… pulirlo y dejarlo bien. Lo mismo con la carne y las hierbas. Hacer una limpieza exhaustiva. Eso es lo que hace la diferencia con mis tamales, que va todo perfectamente bien hecho y es algo que alguien difícilmente haga”.

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La masa es de maíz nixtamalizado, nada de harinas, mientras que procura la mejor calidad para sus insumos. Ya después viene la cocinada siguiendo celosamente las recetas de su mamá, quien tenía un sazón inolvidable, dice. El de queso manchego es más famoso, su queso derretido forma deliciosos hilos al comerlo, pero el que más recuerdos le trae es el de lomo en adobo:

“De niño mi mamá nos hacía este adobo con bisteces de cerdo. Yo agarraba la hoja de aguacate —utilizada para sazonar— y me encantaba, le chupaba todo el adobo. Fui creciendo y me llamaba la atención el olor tan peculiar. Este adobo tiene más de 20 ingredientes pero todos de una manera bien balanceada, es algo genial”.

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¿Así o más claro? El adobo es delicioso, pero el toque final es la salsita para acompañar los tamales. Cuidado, si no toleras el picante échale poquita que está potente. Esta es otra de sus peculiaridades, aquí te ofrecen una salsa verde de tres chiles pa’ que amarre.

La receta es del papá de Víctor, quien la servía en su cantina junto a unos totopos. Si andas muy enchilado, en ocasiones tiene pambazos, unos panecitos veracruzanos muy esponjosos que te aliviarán. 11 de 10, excelente servicio.

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¿Pedidos? Don Vic te los arma

Se los dijimos, el cariño a su profesión, el corazón y las memorias hacen toda la diferencia en sus tamalitos, después de probarlos vas a pedir hasta para llevar.

A Don Vic lo encuentras de martes a domingo en la Puerta 1 del Mercado de Granaditas, en Tepito, muy cerca del Metro Lagunilla. Perfecto para abrir o cerrar un día de micheladas, porque lo encuentras de 11 am a 6 pm.

Pero también puedes hacer pedidos especiales con tres días de anticipación, échale una llamada o WhatsApp, lo único que pide es el 50% de anticipo para que no se agandallen.

Dónde: Puerta 1 del Mercado de Granaditas. Avenida Granaditas esquina con Aztecas, colonia Morelos. A una calle del Metro Lagunilla.

Cuándo: Mié a Dom, de 11 a 18 h

Costo: $70 pesos

Instagram: @tamalesdonvic

Teléfono: 55 2483 1076

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