Este es el resultado de cuando una cantina se enamora de un mercado. De las entradas al postre la carta está repleta de especialidades caseras nacionales que, aunque se preparan con recetas de la abuela, se ejecutan con una puesta en plato muy atractiva.

Encuentras de todo: desde aguachiles y barbacoa, hasta sopes, tostadas, quesadillas (con queso y sin queso), tlayudas, huaraches… si la presentación incluye masa, aquí lo sirven.

Además tiene su tiendita de dulces donde encuentras las clásicas cachetadas (saludos a Eduardo Yáñez) y las paletas de huesito (saludos a Anahí). Los sábados y domingos tienen desayunos y también son una chulada.