Cocina sencilla y ambiente impecable se conjuntan para ofrecer una nueva opción en el sur. Parece imposible creer que esto fue, hace apenas unos meses, una simple cancha de tenis. Este lugar nació con buena estrella: ya reporta llenos totales en algunos días de la semana, su bar lounge es tan solicitado que está ocupado por completo tres o cuatro días antes de la fecha.

En la tienda gourmet se ofrecen productos únicos en México que se importan en exclusiva, así como una serie de conservas hechas en casa.

Respetando la influencia arquitectónica del Pedregal y con un derroche de madera, laja y toques retro en el mobiliario, Sud 777 es el lugar más bonito en que se puede estar. No sólo convoca a la crema y nata sureña, también ofrece una cocina sencilla, magistralmente ejecutada y creada por el chef Edgar Núñez y Alex Martínez (Brássica).

Excelente ingredientes, impecables transformaciones y al final, platos que hablan de un estilo fresco, joven, y muy de acuerdo a lo que el espacio propone. Uno de los platos estrella es el timbal de atún y aguacate. Todo sazonado y ligeramente macerado en una mezcla que destaca el sabor del atún.

El menú, inspirado en elementos de cielo mar y tierra, también incluye unos canelones de centolla. Lo sabores son muy claros y las texturas han sido completamente respetadas. Al principio lo primero que sabe es el queso gratinado, pero al primer bocado se va transformando hasta llegar al sutil dulzor de crustáceo cocinado.

La cava ofrece excelentes opciones por copa y a la carta. También se ofrecen desayunos en el café, al frente del restaurante y en su terraza.

Ojo, solamente opera con reservación.