En Palermo Bar te sirven hasta decir alto. Su inspiración viene de la tradicional cocina de Buenos Aires con algunos toques italianos. Encuentras los siempre confiables cortes de carne, sabrosas empanadas, variedad de sopas, pastas y pizzas.

Sí, es un bar que sirve pizzas y también funciona como restaurante. Porque, como buenos argentinos, saben mezclarse con el sabor italiano y sus pizzas al horno te derretirán como el queso al calor de un buen fondue. Su carta de vinos cuenta con opciones suficientes para una acompañar la pizza (servida en grandes porciones) o un buen corte de carne.

El lugar no es muy grande, aunque sí es acogedor, la decoración crea la sensación de privacidad para disfrutar la comida. Está en un segundo piso, ni siquiera te molesta el ruido de la calle, así que puedes ir ahí con la familia; por una reunión de trabajo, y en el mejor de los casos en una cita romántica.

En Palermo Bar, son argentinos, así que su cantina y los eventos deportivos -en especial el futbol-  van de la mano con las reuniones de amigos que se dan cita para comer una parrillada (alcanza mínimo para tres personas) y maridar eso sí… con unas chelas. Si no te gusta el deporte, no te preocupes, el lugar da para que no tengas que sufrir a lado de los aficionados del equipo que vaya perdiendo.

Uno de los servicios adicionales por si llevas niños es la guardería que integran en el restaurante. Además de evitar algunos accidentes -derrames en la ropa- puedes tener un momento a solas si vas en el plan de celebrar algún aniversario.

Termina tu experiencia de sabor con los postres que también son el deleite de los comensales. Atrévete a pedir a los meseros su recomendación del día: entre pasteles, crepas y flanes.