Conceptualmente, Padella es casi perfecto. Instalado en una casa antigua estilo art decó de la San Miguel Chapultepec, todos los muebles y decoración te ubican temporalmente en alguna época del siglo pasado en la que la vida pasaba más lento, como la cocción de un buen estofado que requiere calma y fuego lento para obtener mejores resultados.

Toda la carta, fiel a ese concepto, está pensada para ofrecer platillos de influencia europea con buenos ingredientes mexicanos. Para empezar, prueba el exquisito gravlax, que es la clásica receta del salmón curado lentamente en sal, pero hecho con trucha michoacana.

Entre los platos fuertes, el estofado de lentejas con mariscos es una joya, pero su estrella es la costilla de res braseada con puré de papa. Cada bocado refleja las largas horas que requirió su preparación para concentrar al máximo sus profundos sabores.

Un lugar para pasar largos ratos requiere una amplia y muy cuidada lista de vinos como la de Padella, así que pide una botella de un accesible vino espumoso como el Prosecco Treviso de $380, y escápate un momento del ajetreado siglo XXI.