Cuando nos imaginamos un restaurante de comida francesa, nos viene a la mente el típico bodegón rasposo y pretencioso, repleto de gente caprichosa y con un menú para nada amistoso.

Afortunadamente, nuestro nivel de exigencia es tal que obligamos a que los restaurantes renueven constantemente sus conceptos y así ofrecernos experiencias que valga cada centavo que pagamos, así el caso de Maison de Famille.

Anteriormente conocido como Champs Elysées, este restaurante nació rodeado de una atmósfera sencilla y amistosa que invita a explorarlo, su terraza abierta y su calidez es un imán para aquellos que nos refugiamos en la comida.

La apuesta del chef es sencilla pero atrevida: toda la comida es orgánica y proveniente de una cosecha cuidadosamente seleccionada, siendo así, las ensaladas son preparadas con vegetales de la temporada y las aves son de corrales tradicionales.

Con semejante calidad, no dudamos en recomendar la ensalada de queso de cabra, misma que tiñe de sabores bien balanceados al paladar, otra imperdible es el paté de berenjena, fresquisima y suave que permite al vegetal lucir todo su sabor.

Cuando vayas, recuerda pedir el pollo de granja al horno con romero: jugoso, suave y delicioso que hará parecer al humilde pollito de supermercado una simple carne de gato.

Si lo tuyo es más tranquilo, pide un montadito de sardina con pimientos confitados que no te dejará mal y más si lo acompañas con vino de la amplia bodega del lugar.

Así que abandona tus ideas arcaicas sobre la comida francesa y ven a la Maison de Famille, Et je te promets que tu ne le regretteras pas (y te prometo que no te arrepentirás).