Un espacio amplio, mucha gente alrededor, tres señoras despachan con ahínco y en el ambiente flota una aroma delicioso a guisado. Una de ellas no es Amparito, no te ilusiones. En Los Machetes de Amparito se despachan unas 200 quesadillas diarias y es un estimado que va por lo bajo porque es casi seguro que venden mucho más.

Hay muchísima gente, de todas partes y de todos tipos pidiendo con hambre su quesadilla. De acuerdo, una queca enorme es como la evolución de un pokémon: de menor a mayor.

Quizás puedas pensar “ay pero por qué tanto alboroto”, pero está más que justificado. Los machetes de este lugar miden unos respetables 65 centímetros y tienen una oferta de 16 guisados a escoger entre chicharrón, papa, hongos, chorizo, costilla, huevo, picadillo, pollo y un largo etcétera.

¿Y lo mejor? Su precio: $36 pesos que no enriquecen ni empobrecen. Y si pensabas que esto era poco, te equivocas. No sólo puedes pedir los machetes con un sólo guisado, también hay combinados de dos o más. Pero la joya de la corona es el Machete Cubano (sin albur): un machetote que lleva ¡de todo! O sea, un poco de los 16 guisados. Una locura, una imprudencia, una bomba atómica, una delicia que pedimos cada que vamos.

La atención es rápida. Mientras te sientas y toman tu orden, ya están preparando 20 machetes al mismo tiempo lo que hace que no esperes casi nada. El ambiente es de diversión porque hay gente que viene de todas partes a darse el atracón de sus vidas.

Nos encanta este lugar, date la oportunidad de conocerlo, seguro no querrás probar otros más. Por cierto, ahora cuentan con servicio a domicilio.