Rodeado por la naturaleza, este restaurante es ideal para una cita romántica. Simple y llanamente porque los franceses son la autoridad en el tema, mon amour. Al final del día, nada grita “te amo” como estar dispuesto a comer caracoles.

A La Montagne se sube a disfrutar de comida tradicional francesa como el paté de pato, los riñones al coñac, los escargots y muchas otras pruebas de amor que podrás encontrar en su extensa carta. También encuentras clásicos deliciosos como la sopa de cebolla, el conejo al vino tinto, el pato a la naranja y el filete a la pimienta.

Si quieres alejarte del bullicio de la ciudad y disfrutar una larga cena con los cuates, es una gran opción. La cava está tan buena que te la vas a querer ligar.