Platillos prehispánicos, con precios justos. Al entrar llama la atención el cuadro de la soldadera junto al tren, que da nombre al restaurante. Si bien hay platillos internacionales, lo mejor son los mexicanos más tradicionales.

Te recomendamos pedir de entrada los escamoles o los gusanos de maguey, para seguir luego con un Pueblo viejo, pescado robalo con aros de cebolla, rodajas de papa, adobo y una hoja santa envuelto en hoja de plátano.

Las albóndigas al chipotle son muy caseras pero algo tienen que están para chuparse los dedos y las sirven con guarnición de arroz y huevo cocido. Las puntas revolucionarias, también valen la pena, son puntas de filete servidas en una cama de nopal y bañadas con salsa pasilla y como guarnición llevan un huarachito de chorizo con salsa roja.

Lo mexicano también se expresa en los postres, como las crepas de xoconostle, se trata de tres crepas con una base de yogur y helado de vainilla que arriba llevan xoconostle caramelizado. Hay toda clase de bebidas, pero en lo que más se esmeran son los mezcales que traen de diferentes estados de la república. Los hay reposados, blanco y de ensamble.

También hay variedad de cervezas. En este sitio la música es importante y desde las 16 h un trío ameniza el lugar, y luego, a las 18 h, el Cuarteto Voces hace lo suyo con música mexicana. A partir del martes y el resto de la semana, a las 20:30 h, se presenta un grupo cubano. Los miércoles, jueves y viernes también está el grupo Delirante, que canta de todo.