Excelente atención y buena comida. Cuando vas a La Posta tienes la sensación de estar en un lugar muy caro por su atención, la decoración del lugar y la comida de alta calidad, pero cuando recibes la cuenta el placer es todavía mayor, porque te percatas de que estarías dispuesto a pagar aún más por toda esa experiencia.

La de Coyoacán se localiza ya a las afueras del centro, pero ni falta que hace estar más cerca, pues no sólo es más tranquilo sino que se ubica en una bella y antigua casona, agradable por donde la veas. El ambiente se presta para ir por igual con la pareja, los amigos o la familia, en todo caso, el asunto es lo que elijas para comer.

Las pizzas y el pan se cocinan en horno de piedra y los aromas llegan suaves a los comensales como para despertarles más el antojo. Recomendamos la burrata de prosciutto, con mozzarella fresco de importación relleno de nata sobre cama de prosciutto, el spaghetti alle vongole, que lleva almejas, aceite de oliva, ajo, perejil, vino blanco y chile de árbol y la lasagna piemonte, de champiñones, portobello y parmesano bañada con salsa de hongos porcini y perejil.

Pero la verdad, todo es tan bueno, que lo mejor es que pidas una pizza al centro y luego cada quien un platillo para compartir, o bien que cada ocasión pidas algo distinto. Entre sus mejores pizzas se cuentan la frutti di mare, con mariscos salteados en aceite, ajo y vino blanco, y la capricciosa, con mozzarella, jamón de pierna, alcachofas, champiñones, aceitunas, alcaparras y orégano. Para acompañar la comida manejan vinos tintos, blancos y espumosos de México, Argentina, Chile, España e Italia.