El atractivo principal de La Piccola Trattoria es el horno a la leña en donde las preparan pizzas. Está en medio del restaurante, lo que permite que los comensales vean todo el proceso de preparación, desde que empiezan a moldear la masa, hasta ese maravilloso momento en que la pieza sale del horno, humeante y crujiente.

A diferencia de lo que ocurre con otras pizzas, estas llevan una salsa de jitomate súper fresca y de un sabor muy sutil que no comete el pecado de predominar sobre los demás ingredientes, sino que se integra muy bien y contribuye a que el resultado sea espectacular.

Te recomiendo probar la pizza Alessia, que lleva mozzarella, salchicha, papa y orégano; o el polpo al forno (300 g de pulpo marinado en aceite de ajo y sal gruesa cocido al horno, acompañado de papas y lechugas), si prefieres evitar la harina.

Mientras esperas tu comida, no dejes de pedir una copa de vino tinto y probar el pan de cortesía con salsa macha.

La Piccola Trattoria es uno de esos lugares en los que puedes comer bastante bien y pasar un buen momento con amigos sin que quieras esconderte al momento de llegar la cuenta.