La Ópera es uno de los restaurantes más emblemáticos de la CDMX. Abrió sus puertas en 1876, así que si sus muros hablarán contarían una buena parte de nuestra historia, pues ha sido visitado por numerosos personajes. Un asiduo del lugar fue Porfirio Díaz así como su esposa Carmelita. Emiliano Zapata y Francisco Villa también bebieron ahí, este último dicen dejó incrustada una bala en el techo.

Otros políticos que solían comer en La Ópera fueron Miguel Alemán y Adolfo López Mateos. Gente de la política, el arte, el espectáculo y la cultura continúa visitando este sitio que sigue atrayendo comensales con sus tradicionales pulpos a la gallega, lengua veracruzana, chamorro a la gallega y criadillas. Los caracoles en salsa de chipotle son excelentes. El bar ofrece variedad de vinos, tequilas, mezcales, ron, vodka y más bebidas clásicas.

Todos los días, a partir de las siete de la tarde, hay un trío que canta boleros y otras canciones nostálgicas. Y de jueves a sábado, de tres a seis, un grupo de salterio toca danzones, vals, polcas y otros ritmos que transportan al comensal a épocas pasadas.