El buen sazón distingue a este restaurante, en el que se pueden hacer los tres alimentos del día. Por la mañana, lo mejor son las cazuelas de barro con una base de caldillo de jitomate, huevos, queso gouda y crema, y un ingrediente a elegir, que puede ser tocino, jamón serrano, rajitas y elotes, flor de calabaza o champiñones, entre otros.

En la tarde no hay que perderse, como entrada, el chicharrón de queso, o los taquitos de huitlacoche, guacamole o champiñones. Sus puntas de res al chipotle también son excelentes.

La pasta es casera, y el pan artesanal. Por la noche es buena idea tomarse un trago acompañado con algo de comer. Hay vinos españoles, franceses, argentinos, chilenos y mexicanos; coctelería clásica, variedad de mezcales y cerveza artesanal.

Aquí se toca música de jazz, soul y covers en inglés en vivo a partir de las 9 de la noche, excepto sábados que es de 19 a 21 h y los domingos de 16 a 18 h. Puede uno disfrutar por tiempo prolongado porque es muy cómodo y agradable, los sillones son de piel, la mantelería de algodón, y de los muros cuelgan cuadros de un artistas local.

Un buen detalle es que tienen un Baúl de los Sabores. Se trata de una maleta en la que la gente deja sus deseos escritos en un papelito. Algunos afirman que se les conceden.