El helado fue inventado hace unos cuantos siglos por los chinos. El proceso era relativamente sencillo: ir a las montañas nevadas, bajar la nieve y mezclarla con frutas y miel. Obviamente era costoso y casi nadie podía costearlo, sin embargo, existía aunque sea sólo para la nobleza.

Milenios después, se popularizó por el mundo y en México La Especial de París la llevó al pueblo, de eso, hace 94 años.

El lugar es muy llamativo, parece detenido en el tiempo. Una pizarra te dice los sabores en venta y hay cuadros por todos lados. Es atendido por dos señores mayores y a pesar de lo tradicional que es, te ofrecen sabores poco comunes, al menos para nosotros, que somos tan amantes de la comida salada.

Desde los tradicionales helados de chocolate, fresa y vainilla hasta el de tabaco, zapote y mamey, esta heladería te trae todos los sabores en forma de nieve.

Los más curiosos son los de tabaco, fresas y miel, está servido en una copita y está coronada con fresas, mientras que puedes ver la miel en medio del helado. Toda una experiencia. El helado con fresa y albahaca es un must, no te lo puedes perder. El helado ahogado en rompope es otro especial que bien vale la pena probar.

No te dejes llevar por el ambiente del lugar, no lo remodelan desde los 70’s pero te dan el helado más rico de Ciudad de México.