Por: José María Alegret

De ser un local de muebles, Juan Molletes se convirtió en el paraíso de todo molletero. Está en la frontera de lo hipster y lo godín, pero sus creaciones exóticas dejan babeando a cualquiera. Nos dimos una vuelta y te contamos cómo nos fue.

Tentados a nombrarlo “La Molletería”, los dueños de este rinconcito en la Roma nos dieron un pequeño gusto a todos los que estamos hartos del boom de lo acabado en –ría (en serio, paren). Es Juan: sencillito, tradicional y divertido. 

Todo aquí es preparado en casa. Hay molletes para el foodie, para el atascado, para el vegetariano, para el yucateco y hasta para el postrero, pero si sigues con los estragos de los excesos decembrinos, el menú también tiene ensaladas.

Entre lo más pedido está El Mayita: cochinita pibil y frijoles refritos. Va acompañado de cebollitas moradas y fresas sazonadas. Nuestro favorito (y el mero rockstar) es El Todas Mías: bistec, chorizo, salsa de guajillo y chicharrón. En otras palabras, un taco del Villamelón encima de un mollete.

Si te gusta lo callejero, pídete el Homeless (chicharrón prensado, lechuga y crema), si lo tuyo es el queso, un Quedabien (oaxaca, cheddar y mezcla de manchego-mozzarella), el Underground para el foodie que llevas dentro (flor de calabaza, cebolla, elote y queso oaxaca), El Tepo para el que le gusta el camarón (mollete ahogado en salsa de chile de árbol con camarones) o El Creativo si tu favorita es la pizza (tomate con pesto).

El menú sigue y no para ni en lo dulce. De postre date un mollete de duraznos y chocolate (El Sabrosito), uno de arroz con leche, rompope y fresas (La Mocha) o uno muy acá: zarzamora y queso cheddar.

Acompaña todo con las salsas de la casa: Pico de gallo con piña y habanero, de cacahuate, guacamole con pápalo, chipotle, de árbol con cerveza o habanero con zanahoria.

Si estás roto del fin de semana, no te preocupes porque en Juan Molletes gastas por ahí de $100 (también tienen paquetes baratísimos por menos de $90).