Un cocinero, un actor y un restaurantero (Jorge Vallejo, Luis Gerardo Méndez y Ramón Orraca) se juntaron para abrir Fonda Fina, un restaurante que retoma la dinámica –comida en tiempos–, las porciones –generosas, para compartir– y los guisos de las fondas –hola, pollo rostizado con mole– como parte esencial de su propuesta. Unos de los mejores ejemplos son los peneques rellenos de requesón, una de esas recetas que te hacen limpiar el plato; un timbal de fideo seco sobre una buena porción de chilaquiles verdes o una corunda (tamal michoacano).

Pero no vayas a creer que por ser abundantes los platos son burdos: aquí todo tiene buena pinta; algunos, incluso, tienen un toque verde o vienen servidos en una vajilla especial, parte del sello estético de Vallejo, el copropietario de Quintonil en Polanco, quien dejó la cocina de Fonda Fina en manos de Juan Cabrera.

Tampoco creas que por tratarse de una “fonda” las aguas frescas son la única opción. Aquí podrás encontrar cervezas artesanales (como la Boca Negra, de Monterrey) y una buena selección de vinos. Si te topas con el Bachi, rosado o tinto, pídelo sin titubear, no te vas a arrepentir.