¿Qué podríamos decir de la comida argentina que no hayamos dicho antes? Cada restaurante que encontramos tiene su propio toque distintivo, algo que lo hace especial con respecto a otros de su misma gama. La Fonda Argentina tiene su propio sello, uno que lo hace inigualable.

No sólo es el acto de poner las carnes al asador sobre fierro caliente y carbón, también es la sazón, la combinación a la hora de servir, los cortes y los términos lo que hace especial a este lugar. Es una fórmula sencilla pero significativa: buen sabor, mejor combinación de los cortes en mesa.

A diferencia de otros lugares de su categoría, en la sucursal de San Jerónimo el espacio es lo que prima: un amplísimo salón comedor, mesas de banquetes, ventanales enormes y un techo alto. Son las cosas que ves cuando entras y sabes, en seguida, que estas entrando a un buen lugar.

Aquí tienes la opción de pedir tu corte con el término que quieras: azul para lo más crudito hasta el término completo que es la carne totalmente asada. Para que te vayas por lo seguro, pide tu carne arrachera o bife en término medio, así garantizas la firmeza de la carne por fuera pero la jugosidad por dentro.

La chistorra y el chorizo blanco argentino es lo mejor que puedes pedir. No están resecas ni te las sirven bañadas en grasa (un error común) están muy bien cocidas y puedes sentir la textura del carbón en el plato, de madera, además.

Lo ideal es ir en grupos grandes ¿por qué? porque los combos parrilleros son muchos más económicos que los individuales. Además, te dan una dotación infinita de ensalada fresca con aguacate. Más por menos.

Como postre tienes las clásicas opciones: flan con dulce de leche y alfajor. Ambas son muy buenas, pero pide el alfajor, es exportado y marca “Havana” una de las más prestigiosas del país del sur.