No hay mucho que decir sobre el barecito más consentido de La Condesa. La idea de este lugar es que te sientas como en casa, misión nada difícil dado que este sitio es una pequeña casa, adaptada a los deseos de sus nuevos dueños.

Más que la comida, el fuerte de este lugar es el ambiente, creado por la excelente oferta musical que se ofrece: noches de jazz, blues. Además de un excelente playlist los días que no hay conciertos. Pero como eso de echar trago da hambre, hay que mencionar las enormes porciones: una pizza de verano (hongo portobello, queso y salsa) que, según el menú, rinde para dos personas pero en la vida real, cuatro personas pueden comer de él.

Por otra parte, si con la pizza no bastase, puedes pedir empanadas rellenas de carne o pollo, que te llenarán hasta más no poder.

Un excelente plus de El Groove es que hay unas promociones bien interesante en cuanto a ofertas etílicas: cerveza, vino, mezcal en 3×2 algunos días. Es decir, no hay excusa para no venir a la casita más divertida de la zona.