“La comida como siempre buena, el servicio aún mejor”, dice una de las tantas servilletas que comensales distinguidos han dejado en las paredes de este restaurante de gran tradición. Y, ¿saben qué?, tienen toda la razón el Danubio es toda una experiencia.

Un lugar ideal para ir en familia o grupos de amigos, cómodo, tranquilo y clásico. Puedes empezar con una espesa y cremosita crema de aguacate, aunque si lo que quieres es entrarle de lleno con los sabores del mar las opciones sobran. Almeja viva, paté de anchoas o el cocktail de mariscos Danubio son algunas de nuestras sugerencias.

Danubio

Foto: Pedro R.

Los comensales aseguran en ocasiones que el sabor de los mariscos en el Danubio es tan fresco que los hace sentir como si estuvieran comiendo en la playa, frente al mar. No es para menos que el platillo principal incluya la langosta thermidor, los langostinos a la plancha (para compartir) o el codiciado cangrejo de Alaska.

Danubio conserva ese aire nostálgico, de las cantinas clásicas en el Centro, la relación precio-porción deja satisfecho a los comensales más exigentes. La carta de vinos también resulta interesante para darle una revisada en tu próxima visita. El trato de los meseros es eficaz y se nota las décadas que llevan trabajando en el lugar.

El restaurante abrió en 1939 y aunque fusiona el sabor de los mariscos y la comida mexicana el toque vasco siempre será el distintivo de el Danubio. ¿Ya sabes qué pedirás de postre?