El D’Amico es un consentido de la zona de Polanco para aquellos que buscan cocina italiana de autor; la oferta, fiel a las recetas de Walter D’Amico, pretende crear la misma fidelidad en su nuevo y elegante local en Duraznos. La estrategia no cambia, todo lo elemental de la cocina italiana está ahí: pastas, risottos, aceite de oliva y vinagre como bases absolutas, pero a la hora de texturas y presentaciones, todo cambia, un ceviche de atún marinado con aceite de olivo y vinagre resaltado con mango y aguacate es una entrada que iguala lo brillante de su color en boca, es fresca y una elección acertada para dejar un paladar limpio y continuar.

La pasta homónima de la casa es la más pedida, el spaghetti de sabor sutil con tan sólo acentos de ajo, chile de árbol y aceite acompaña a champiñones cuyo sabor natural domina el plato. Para los amantes del risotto, el morilla, empapado en una salsa de seta, crema y brandy produce una sensación sedosa que perdura en la lengua como un memorable recuerdo de un arroz cocinado al dente.

La suntuosidad de un corazón de filete en reducción de balsámico con papas horneadas al romero acaba una tanda salada con un toquecito dulce que complementa lo robusto de la carne y da pie al dulce final. Una copa, un tanto alarmante en idea, de higos marinados en vinagre junto con una mezcla de crema de mascarpone y kahlúa acaba haciendo sentido en un postre de tintes ácidos y dulzura controlada.