Este lugar retoma el estilo de las marisquerías tradicionales de Tepic. Su informalidad –que se aprecia desde el nombre del complejo, hasta las sillas y mesas de plástico patrocinadas por una marca de cerveza– te invita a relajarte y sentirte un poco más cerca de la playa. La salsa es la música de fondo en una palapa con una barra que despacha ron, vodka, tequila y whisky para todos.

La calidad de la comida está muy por arriba del aspecto de lugar y de los precios. Vale la pena pedir las especialidades nayaritas, como el paté de camarón, de textura y sabor suave; el marlin, en torito, tostada o con crema de aguachile picante para abrir el apetito con una cerveza

Reserva un espacio para el platillo estrella de la casa, el pescado sarandeado al estilo huichol: un huachinango marinado con aceite de olivo y sal marina, cocido a las brasas con soya y limón. El secreto de su sabor está en la madera de manglar que durante el asado impregna al pescado, dándole un aroma y sabor extraordinarios. El menú está a cargo del chef Azari Cuenca, responsable de otros proyectos como el Litoral en la Condesa.