El gobierno de la Ciudad de México anunció este 7 de agosto un plan para la reapertura de bares en CDMX, el cual contempla que cantinas, bares y antros pidan un permiso para operar como restaurantes con el objetivo de que abran ahora y no hasta que el semáforo epidemiológico esté en verde.
En la ciudad ya habían abierto algunos bares, como Limantour o Baltra. Sin embargo, reiniciaron actividades con un formato totalmente diferente, más como restaurantes que como bar (¡hasta con desayunos apapachadores!. Ahora, el gobierno de la ciudad ha anunciado un plan para —oficialmente— permitir el funcionamiento de bares, cantinas y antros como restaurantes.
El plan anunciado para convertir bares en restaurantes en CDMX incluye varios requisitos. El cambio más drástico será que no podrán vender únicamente alcohol, sino que tendrá que ser acompañado con comida; el horario será restringido (de 7 a 22 horas) y la música deberá estar en un volumen bajo.
En conferencia de prensa, la jefa de gobierno Claudia Sheinbaum dijo que no reabrirán bares, cantinas y antros, sino que “estamos dando la oportunidad de que utilicen los espacios como restaurantes con todas las medidas sanitarias”.
Reapertura de bares en CDMX: ¿Cómo convertir bares en restaurantes?
- A partir del lunes 10 de agosto, registro en la plataforma Registro en la siguiente plataforma
- Los bares, restaurantes y cantinas recibirán un permiso inmediato
- El trámite es gratuito
Para convertir bares en restaurantes en CDMX, los bares deberán cumplir con los mismos requisitos de funcionamiento:
- Aforo reducido: al 30% si no hay espacio al exterior y al 40% si sí lo hay.
- Ventilación natural. La recirculación del aire al interior está prohibida.
- Filtros sanitarios con medición de temperatura y registro de síntomas al acceder.
- Música ambiental a máximo 62 decibeles.
- El personal deberá usar cubreboca y careta.
- Cambiar manteles en cada servicio.
- Distancia de al menos 1.5 metros entre cada mesa,
- No usar menús impresos.
Este plan para la reapertura de bares en CDMX ocurre luego de la presentación de otro llamado Ciudad al Aire Libre, el cual contempla que los restaurantes usen espacio público —que no interfiera con el tránsito peatonal— para colocar mesas y sillas en el exterior.
