Por Alejandro Zárate

El espacio no deja de tener algo de familiar. A pesar de las múltiples transformaciones, Rústico no niega que alguna vez fue el Brássica del chef Alejandro Martínez que, luego de un año de experimentar con la consultoría y otros proyectos renueva el local, la carta y el concepto.

El nuevo espacio presume horno de leña a la vista donde se cocina el pan de mesa y las pizzas y, probablemente lo más impresionante y atractivo, sea la amplia, hermosa y semi abierta terraza volada que, como apéndice le salio al edificio.

El concepto de campo, y tras una vista a la carta, se puede entender como una colección de platillos sabrosos, bien elaborados, reconfortantes y a precios mucho más accesibles que su ancestro bostoniano. Una opción más casual y cotidiana para los vecinos de Santa Fe.

De la carta y para gustos extremos, la moronga es una opción en taquitos con salsa roja (aunque le va mejor la verde). Las pizzas son una delicia, tanto por la masa como por el queso de primera calidad que utilizan. En Rústico se puede pedir uno de esos platillos de excelencia y tradición. El chamorro de cerdo confitado, es suficiente para un apetito feroz, la carne es suave, la piel rostizada y tersa se mezcla con una rica salsa verde. Las guarniciones se piden a parte, al chamorro le va muy bien unas papas cambray con tocino y romero. Hueso limpio seguro.

Los platillos más sencillos alcanzan un nivel excelso, por ejemplo el pollo empanizado y frito, mismo estilo que KFC pero con pollo de verdad, sabor incomparable, jugoso y de agradable textura, es un ejemplo de la impecable ejecución quirúrgica que siempre ha caracterizado al chef Martínez.

Tristemente los postres no alcanzan a sorprender pero el ambiente es muy relajado y, el eficiente y dedicado servicio verdaderamente hacen sentir al visitante como en casa. Dos grandes regalos al comensal, primero la sección de niños donde les dedican tiempo para que preparen su propia mini pizza, sólo un padre experto como el chef, es poseedor de secretos de entretenimiento de este nivel. Otro gran detalle, es la carta de vinos que por ahora está formada por el antiguo stock de Brássica y se ofrecen en algunos casos, magníficos vinos a precios incluso más baratos que en una tienda.

Aplausos al chef y buenaventura para su nueva y encantadora propuesta.