Un cazo con aceite hirviendo, una pequeña barra repleta de carnitas y sólo dos mesas (aprovecha las jardineras de la banqueta para sentarte) crean un ambiente familiar. La reina absoluta es la salsa roja, una de las mejores de la ciudad: con un grado alto de picante pero aún agradable. Si es lo tuyo, no te pierdas los tacos de hígado, trompa o riñón Desde la caja y siempre listo para contar historias, encontrarás a Don José Enríquez, un jalisciense y chiva de corazón que inició el lugar hace 42 años. Cuenta la leyenda que Hugo Sánchez acostumbraba visitarlo cuando jugaba en los Pumas a finales de los 70.