Restaurantes coreanos hay muchos, pero Biwon es especial por su mínima decoración, mucho estilo y deliciosa sazón.

Aquí la filosofía es de menos es más, el piso es de madera pulidísima cual espejo, las mesas y las sillas occidentales están en la parte de abajo y las mesas bajas con sus asientos bajitos, en la parte de arriba. Al más puro estilo oriental y especialmente enfocado para la población coreana en la ciudad.

Hay tantas ventanas en Biwon que no necesita luz artificial y esto es especialmente bueno para el ambiente y para los fanáticos de lo natural. Como es común en los restaurantes de lo que es actualmente la sexta economía del mundo, las mesas tienen una parrilla en el medio donde puedes asar la carne al gusto.

Al llegar verás una fila de personas para entrar, esto es porque es uno de los mejores restaurantes de comida coreana de la ciudad. Los platillos más pedidos por los comensales son el bibim naengmyeon (fideo frío con salsa picante), este platillo es riquísimo pero picoso gracias a la pimienta roja de cayena, viene con una guarnición de ocho verduras y arroz, con huevo frito y vegetales salteados.

Si quieres probar los famosos caldos coreanos, siéntete libre de pedir una hemultuk begi, un caldo de mariscos en tazón de piedra con fideos, los mariscos vienen con su concha. Algo más sustancioso, es el dolsot bibimbap un riquísimo arroz mixto con verduras, huevo y carne por 120 pesos.

Debemos decir que toda la comida es bastante económica, considerando el alto estándar de calidad de cada platillo. El denjangchige, es el famoso caldo de pasta de soya con vegetales, servido en plato caliente así que aguas.