Helados naturales. Piénsenlo: un pan brioche caliente, relleno de helado (el de menta funciona), cubierto con azúcar glas y unos hilos de chocolate por aquí y por allá. Su nombre es puff, un sándwich dulce y una de las especialidades de este destino para los aficionados a los postres, a los helados y algunos de sus derivados.

En Bigotes de Leche no vas a encontrar una lista de opciones infinitas de sabores, sino una selección muy puntual: cardamomo, nieve de limón con menta y albahaca, chocolate con avellana (¡pídelo en malteada!) y jamaica con mezcal se cuentan entre nuestros favoritos. Pero también hay de gorgonzola con higo, nieve de tamarindo con hierbabuena, jengibre con miel y chocolate amargo. Puedes pedirlo sencillo o doble en alguno de los tres sabores de cono: chocolate, vainilla y canela, que además pueden contener chochitos, chocolate o chispitas. Si prefieres en vaso, está perfecto porque son biodegradables. Y un detalle lindo es que coronan el helado con unos bigotes de chocolate.

Para acompañar los helados hay brownies y galletas que combinan perfecto. También hay malteadas, que preparan con el helado de tu preferencia, y flotantes, que son refrescos, de ginger ale, coca cola o agua de coco con helado. Si se te antoja una bebida caliente, ofrecen chocolate oaxaqueño natural o especiado (jengibre, naranja, vainilla), matcha (té verde) con leche o agua y café expreso, mismos que puedes mezclar con helado.

Te encantará saber que no utilizan saborizantes artificiales, todo es natural, por eso son tan suaves y contundentes a la vez en el paladar. Para los que no somos parroquianos de la colonia Del Valle o alrededores, vale la pena hacer el viaje al lugar (vintage y embigotado, acogedor del todo) o esperar al próximo evento (bodas, bautizos, cumpleaños…) para contratar su carrito móvil. Si lo dudan, sólo recuerden: sándwich caliente de helado y puff, duda resuelta.