Además de exquisito y elegante, Au Pied de Cochon es un restaurante que atrae políticos, gente de negocios y celebridades porque cuenta con varios privados. Pero vayamos al principio. Su nombre significa en francés pata de cochino, platillo tan representativo del lugar, que este elemento se ha colado en la decoración: las patas de las mesas de madera son patas de cochino, así como las manijas de las puertas del restaurante y hasta los centros de mesa son cerditos.

Otros platillos destacados son el cachete de res, los chamorros y la fuente de mariscos. Resultan ya tradicionales la ensalada de la casa, con jitomate y espárragos, así como la sopa de cebolla, entre otros clásicos franceses conducidos por la chef Marcela Cortés.

La carta de vinos es realmente extensa, de 750 a 900 etiquetas de vinos blancos, rosados, espumosos y tintos. Esto, sumado a su servicio de sommelier, les ha ganado el reconocimiento de dos copas de Wine Spectator. El sommelier sugiere al comensal con qué bebida marinar los platillos elegidos, o desde la preferencia de una uva o un país, no hay problema porque cuentan con vinos de Latinoamérica, Europa, Australia y África.

Los fines de semana, cuando acuden familias, los padres disfrutan tranquilamente el desayuno o la comida porque tienen un área de niños en las que organizan actividades y juegos con los pequeños, como parte del programa ChiquiClub, del Presidente InterContinental. Et voilà, todo parece ser perfecto en este emporio gastronómico francés.