Todos hemos escuchado hablar de La Llorona. Ese personaje de leyenda que salía todas las noches en búsqueda de sus hijos. Ahora, saber de ella te dará el mayor gusto, pues llegó para quedarse en la Condesa, bajo la forma de una cantina-grill.

Estamos casi seguros de que te va a encantar, porque reúne varias características que cualquier chilango busca en un restaurante. La comida es buena, la carta de bebidas tiene de todo, la música ambienta hasta al más grinch y, la verdad, no es caro.

El lugar tiene motivos mexicanos por todas partes. Así que encontrarás tucanes, mariposas, caimanes y serpientes trepando por sus paredes (de mentiritas). Su logo es una fusión entre la tradicional catrina y Frida Kahlo.

La mágica barra de donde salen los mezcales

Foto: Ollin Velasco

Sus platos son interesantes porque, aunque vienen servidos en porción de botana, son recetas del chef oaxaqueño Casiano Reyes. Uno de los principales exponentes de la “cocina espontánea” en México y tiene restaurantes con su nombre en San José del Cabo, Baja California; la Riviera Nayarit y Puerto Vallarta, Jalisco.

En La Llorona tienen un menú de alimentos y bebidas que cambia cada mes, lo cual habla de la creatividad que le meten al asunto. Si vas pronto, encontrarás sus memelitas con mousse de aguacate, queso fresco y chapulines espolvoreados. Sino te laten los bichos, la barbacoa de cordero de verdad está deliciosa y sus frijoles puercos, son netamente yucatecos.

Memelitas con mousse de aguacate

Foto: Ollin Velasco

Hay otra cosa que tienes que saber: los dueños del sitio también son originarios de la tierra del mezcal y tienen un palenque propio en Santiago Matatlán. Por lo que comerse y beberse a Oaxaca es cosa de cada sentada. Sus drinks son buenos y el mezcal de la casa es protagonista.

Acaban de abrir hace apenas dos semanas, pero ya están con todo. Te recomendamos visitarlos de noche, porque el dj se rifa con la música. No te aseguramos que salgas de La Llorona siendo fan de los chapulines; pero tendrás un corto viaje a Oaxaca. Por lo menos en el paladar.