Estamos en una época en que necesitamos urgentemente reconectarnos con la naturaleza y, al menos por un día, escaparnos del panorama citadino. Si lo que estás buscando es una caminata por el bosque y disfrutar de un pícnic con comida y maridaje, te encantará Cubo, un proyecto de experiencias gastroendémicas anclado en el territorio otomí del Estado de México.

“En Cubo buscamos que la estrella sea el entorno y los ingredientes que puedes encontrar aquí”, explica Roberto Lingard, fundador de Cubo. “La casa está en medio de un bosque de oyamel en Santa Ana Jilotzingo, Estado de México. Con este proyecto buscamos resaltar sabores de la zona como el maíz nativo local, la trucha y los hongos comestibles; además, mostramos a los invitados un poco del conocimiento y cultura otomí”. Así, Cubo no sólo es una residencia de escape gastronómico, también es un destino para aquellos interesados en conocer parte de la biodiversidad de los bosques aledaños a la Ciudad de México, pues una de las actividades que incluye la experiencia es una caminata por el bosque para recolectar hongos y hierbas salvajes comestibles.

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El día comienza con un desayuno sencillo (recuerda que la comilona será en el bosque) a cargo de los anfitriones del Colectivo Comamos: Carlos Tellez, chef de Lucio; Elías Ahumada, del proyecto Metro Cacao y Anaís Martínez, experta en experiencias de hospitalidad, se encargan, por un lado, de la propuesta y curaduría gastronómica de cada sesión y, por otro, de la logística de cada evento. Luego, comenzarás el recorrido de aproximadamente 45 minutos hasta llegar a Cubo, una casa de campo en forma de cubo de concreto enclavada en medio del bosque.

Una de las partes medulares de la experiencia consiste en el ritual de fuego otomí. “Para esta cultura, el fuego era un elemento esencial. Los otomíes se reunían alrededor del hogar para prender el fuego, dar gracias y pedir por el bienestar de la comunidad”, dice Roberto. Sin duda, este ritual es uno de los elementos más especiales del itinerario, pues cada uno de los asistentes pone su granito de arena para prender la hoguera en donde, más tarde, se cocinará la comida.

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“Colaboramos con chefs, productores y mixólogos”, explica Anaís acerca del trabajo de curaduría detrás de las experiencias en Cubo. “También nos interesa llevar a cerveceros y expertos, por ejemplo, en fermentación. Deseamos hacer sesiones colaborativas y que la propuesta de la comida con maridaje gire en torno a los ingredientes locales y la cocina de leña”. Dependiendo del chef invitado o proyecto culinario y la temporada del año, podrás disfrutar de un menú de cuatro hasta seis tiempos con maridaje. A partir de 2021, la sinergia creativa entre Cubo y Colectivo Comamos buscará proponer, al menos, tres fechas al mes.

Uno de los factores a favor de Cubo es que todas las actividades se realizan al aire libre. Anaís comenta que se han adaptado a la realidad pandémica y que las experiencias pueden ser públicas con un número limitado de asistentes o, bien, privadas a partir de 10 asistentes en adelante. “La mejor temporada para visitarnos es durante la época de lluvias, pues hay muchísimos hongos comestibles en el bosque. De aquí que la visita a Cubo sea especial porque te conectas con lo que comerás después”, finaliza Lingard. Otras recomendaciones para disfrutar al máximo: lleva zapato cómodo para recorrer el bosque y ropa abrigada para no pasar frío.

Consulta las redes sociales de Cubo para conocer el calendario de fechas e invitados. 

Dónde: Versalles 92, Juárez, punto de encuentro.
Contacto: Cubo.mx
Cuánto: $$$$ (hasta $900 en adelante), formas de pago: efectivo, todas las tarjetas de crédito y débito (excepto Amex), Mercado Pago, Paypal, CoDi, transferencia electrónica