Es casi como Navidad. Los centros
comerciales se abarrotan, no hay un sólo lugar disponible para comer,
la ayuda doméstica (de los afortunados) acude a hacer lo propio con
sus familiares y a las 3 de la tarde, cuando todo el mundo sale de la
oficina, PUM!, caos vial. Pero no es Navidad. Es el infame día de las
madres. El día en el que honramos la presencia de la mujer más importante
de nuestras vidas. Desde pequeños se nos inculca la tradición de comprar
o hacer un pequeño detalle además de que a la madre, hay que llevarla
a comer.

En Chilango, te proponemos que mates
varios pájaros de un tiro y que te des el tiempo de hacer un regalito
gastronómico, que seguramente, serámás apreciado por tu progenitora
que otra tazita.
El ramo de flores sigue siendo un plus indiscutible
que puedes o no implementar sin temor a que sea rechazado. No te tienes
que matar cocinando ni gastar un dineral, ya que nos esmeramos en que
nuestro menú de selección sea a prueba de fallas, bonitas y baratas.
Te aseguramos que esta es una ocasión en la que si querrás que tu
jefa te agarre con las manos en la masa. Provecho y saludos a tu mamá
(y no de los mala onda).