La apertura de cinco estaciones del tramo elevado de la Línea 12 ayuda, pero no resuelve los problemas de movilidad en Tláhuac.

Bien es cierto que ahora es posible ir de Periférico Oriente a Atlalilco en 10 minutos o llegar hasta Mixcoac en menos de media hora. Pero para quienes viven del lado de Tláhuac, Tulyehualco, Chalco, Mixquic, Xochimilco o Milpa Alta, el problema sigue siendo ¿cómo demonios llegar a Periférico Oriente?

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Antes del colapso de la línea, ocurrido el 3 de mayo de 2021, el tramo de Tláhuac a Periférico Oriente podía recorrerse en 15 minutos. Ahora se hace en un promedio de 45 minutos, que algunas veces se extienden a más de una hora.

Tráfico en Avenida Tláhuac
Tráfico en Avenida Tláhuac

Al tráfico habitual de la Avenida Tláhuac hay que sumar las obras de reforzamiento de la Línea 12, que en algunos tramos dejan libre solo un carril para la circulación. En ese único carril la carga habitual de automóviles particulares, autobuses y microbuses se intensifica por el tránsito adicional de metrobuses y unidades de RTP del servicio emergente.

Tramo cerrado de la Línea 12
Debido a las obras de la Línea 12, solo queda un carril para la circulación de vehículos en la Línea 12. / Foto: Edgar Ulises Segura

En esta odisea hay que pasar por el punto donde están las cruces con los nombres de las 27 personas que fallecieron hace más de dos años al colapsar un puente. Las cruces se encuentran en la entrada de la estación Olivos, esa a donde el tren ya nunca llegó. Es un duro recordatorio de que a cualquiera pudo tocarle.

Estación Olivos de la Línea 12 del Metro
Altar en honor a las víctimas del desplome de la Línea 12 del Metro. / Foto: Edgar Ulises Segura

¿Cómo llegar de Tláhuac a Periférico Oriente?

El Gobierno de CDMX ofrece dos opciones para llegar de Tláhuac a Periférico Oriente. Una es la ruta de RTP y otra el servicio de Metrobús. Ambas hacen paradas únicamente en las estaciones del tramo elevado que permanecen cerradas: de Tláhuac a Tlaltenco, Zapotitlán, Nopalera, Olivos y Tezonco, hasta llegar a Periférico Oriente.

Pero el problema es el tráfico. En hora pico, el tránsito se detiene desde un kilómetro antes de Periférico Oriente. Simplemente es imposible seguir avanzando. Quienes usan estos servicios ‘de apoyo’ se ven obligados a pedir a los conductores que les permitan bajar de las unidades para caminar casi un kilómetro con tal de avanzar y no llegar tarde.

servicio de transporte de apoyo de la Línea 12 del Metro
Aunque el servicio de apoyo debería hacer paradas únicamente en las estaciones, usuarios del Metrobús se ven obligados a descender del vehículo antes para caminar hasta Periférico Oriente. / Foto: Edgar Ulises Segura

Otras personas optan por no usar el transporte ‘de apoyo’. En cambio usan microbuses que, o bien ‘callejonean’ para librar el tráfico, o permiten bajar más rápido en cuanto el tráfico se detiene.

En cualquier caso, suele ser necesario caminar casi un kilómetro para no quedarse en el tráfico. Pero ese es un ‘lujo’ que algunos adultos mayores o personas con discapacidad no se pueden dar.

Tráfico en Avenida Tláhuac
Así luce el tráfico en Avenida Tláhuac todas las mañanas. / Foto: Edgar Ulises Segura

Metro Constitución, otra opción para escapar de Tláhuac sin usar la Línea 12

Con estos problemas de movilidad en la zona, es fácil sentir que vivir en Tláhuac, Milpa Alta, Tulyehualco, Mixquic o Chalco equivale a estar atrapado. Con la Línea 12 del Metro totalmente cerrada, llegar desde cualquiera de estos lugares al Centro de CDMX tomaba más de tres horas. Ahora con el 14 de las 20 estaciones abiertas, puede reducirse a poco más de hora y media. Eso sí y solo sí el tráfico en Avenida Tláhuac no aumenta el tiempo de traslado.

Por lo anterior, muchas personas prefieren evitar totalmente avenida Tláhuac. Otra ruta de escape es el RTP que va de Tláhuac al Metro Constitución de 1917, de la Línea 8. El tiempo de traslado es de aproximadamente 40 minutos. Pero una vez en Constitución, es necesario rezar para que no haya retrasos en la línea. Porque al final, el transporte público en CDMX es como una ruleta rusa: nunca sabes si la línea del Metro que elijas va a presentar retrasos o en qué avenida el tráfico va a estar más cabrón. Y así se va la vida intentando salir de la periferia para llegar a la escuela o al trabajo.

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