Pareciera que la historia de la Ciudad de México empieza en tiempos de los mexicas y Tenochtitlán; sin embargo, los primeros chilangos se dieron la vuelta por estas tierras hace más de 12 mil años.

Así lo revelan los descubrimientos arqueológicos que se han registrado en el Peñón de los Baños, Chimalhuacán y el Centro Histórico, lugares donde los chilangos más antiguos dejaron su huella… o mejor dicho: sus huesos.

Aunque estos descubrimientos se hicieron hace ya varios años, todavía hacen falta muchos estudios para determinar el origen, apariencia o forma de vida de esas personas, además de que sus restos no se exhiben frecuentemente, lo que provoca que muchos no sepan de su existencia. Por eso, aquí te platicamos quiénes son y cómo encontraron a tres de los primeros chilangos de la historia.

Primera dama: la Mujer del Peñón

El Peñón de los Baños, al noreste de la Ciudad de México (cerquita del aeropuerto) era un cerro localizado en un islote del Lago de Texcoco con una importante tradición desde la época prehispánica gracias a sus aguas termales, aunque su más valioso legado se remonta a unos miles de años atrás.

En ese lugar se encontraron, en 1959, los restos de uno de los primeros habitantes del Valle de México, quien fue bautizado como “La Mujer del Peñón III”.

Se trata de los restos óseos de una mujer (un cráneo, varias vértebras, dos húmeros –el hueso que une al hombro con el codo–, un peroné, un cúbito –el hueso que une al codo con la mano– y huesos de los dedos de los pies) con 12,700 años de antigüedad y es también uno de los vestigios humanos más viejos y mejor conservados que se han encontrado en todo el Continente Americano.

Los antropólogos dicen que, al momento de morir, La Mujer del Peñón III tenía entre 25 y 30 años y medía poco más de 1.5 metros, además de que su cráneo era largo, signo característico de los primeros grupos que poblaron América y que, se piensa, provenían de Asia.

Aunque hay varias teorías sobre su origen, a la fecha no se han acabado de hacer todos los estudios a los restos de La Mujer del Peñón III, junto a los cuales también se encontró un pedazo de tela –presuntamente de una especia de falda que ella portaba– y que podría ser uno de los textiles más antiguos de México. En el lugar se han encontrado otros restos de humanos y animales de diferentes épocas.

El más joven de los viejos: el Hombre de Chimalhuacán

Aunque está en el Estado de México, Chimalhuacán es parte importante del Valle de México, y en la época prehispánica, formó parte de la Triple Alianza, junto con Tenochtitlan y Tlacopan (era una especia de tratado para, entre otras cosas, repartirse tributos y enfrentar juntos algunas batallas).

Pues aquí, en la época antigua de la humanidad también hubo actividad, especialmente porque era un lugar ideal para los cazadores y recolectores, muy cerca del lago y con buena cantidad de alimento y animales.

En 1984, se encontraron (como suele suceder: por accidente) los restos óseos de un hombre de unos 10,500 años, el cual fue bautizado como “El Hombre de Chimalhuacán”. Aunque, en realidad, se ha estudiado poco de él, se cree que ya podría haber nacido en América y que murió a la edad de entre 30 y 35 años.

La prehistoria en el Metro: el Hombre de Balderas

En 1968, durante el inicio de las obras de construcción de la Línea 3 del Metro, se encontraron otros restos de un hombre que también tenían una antigüedad de 10,500 años.

Este hallazgo se registró en la Avenida Balderas, en pleno Centro Histórico, por lo que se le bautizó como “El Hombre de Balderas”. Aunque ese es su nombre oficial, también hay quien lo recuerda como “El Hombre del Metro Balderas”; sin embargo, ese dato no es exacto, ya que se encontró entre las calles de Independencia y Avenida Juárez, por lo que la estación más cercana sería Juárez.

En realidad, lo que se encontraron los trabajadores, y luego los arqueólogos, fue un cráneo, el cual no estaba a mucha profundidad (poco más de 3 metros), y hasta ahora se sabe que perteneció a un hombre de entre 35 y 40 años.

Durante la construcción de la primera fase del Metro en el Centro Histórico, la cual abarca las líneas 1,2 y 3, se encontraron vestigios de diferentes épocas de México.

Ellos tres son los primeros tres chilangos de los que se tiene registro, y todavía falta conocer mucho más de ellos.