Nieves

¿Por qué?
Hablando de comida, ¿qué tal les caeríanunas nieves oaxaqueñas? Desde las clásicas que nosotros conocemos, comola de limón y de tequila, hasta las más populares en las tierras deBenito Juárez,comola de mezcal o la de leche quemada con tuna.

Buñuelos

¿Por qué?
Siguiendo con los postres, ¿quién no haprobado unos ricos buñuelos cubiertos, mejor, bañados, con miel depiloncillo y hervidos en cazo? Esos son los clásicos, todo mundo los conocemos,pero los oaxaqueños… uff, nada más chequen: se frien en manteca y, al servirlos, lo hacen en una hoja de maíz, losespolvorean con azúcar y los acompañan conatole de guayaba, de capulín o de cacahuate.

Árbol del Tule

¿Por qué?
Unas cuantas semillitas de Ahuehuete noscaerían muy bien aquí en la capital del país, especialmente en estas fechas detanto calor donde una de las cosas que con más desesperación buscamos es unasombra. ¿Se imaginan sien la ciudadtuviéramos algunos tules? En esta época se convertirían en puntos de reunión yde sana convivencia para todos los capitalinos que buscan dónde leer un buen libro.

Playas

¿Por qué?
¡Si! ya sabemos que no se pueden traer ytambién que nosotros tenemos nuestras playas artificiales, pero –aunque los maestros de Oaxaca no puedan jalar con arena y sol como lo hacen con sus marchas y quejas– estaría bien que conforme pasaran mentandomadres y exigiendo sus cosas también repartieran volantes en que nos invitaran a pasear por sus playas. Así promoverían el turismo… ahora, imaginen que lo hicieran con paquetesespeciales tipo "El paquete Marcha”, con una caminata por la avenida principal de la ciudad incluida, alojamiento en una casa de campaña en el centro y como actividad recreativa un “Planton” afuera del Palacio de gobierno.