Este 8 de marzo asistimos a #HackCDMX, el Festival de Datos de la Ciudad de México a cargo del Laboratorio de la Ciudad, para ver de qué están hechos los hackers chilangos y nos encontramos con cosas bastante interesantes.

El objetivo del festival, además de informar y de educar sobre la utilidad de los datos abiertos, era generar proyectos que nos hagan la vida más fácil a los que vivimos en este monstruo llamado DF.

En una bodega de la colonia Anáhuac, mediante la programación y el trabajo colaborativo, estos hackers tuvieron 48 horas continuas para darle aplicación a los datos del gobierno con el fin de crear una solución a algún problema urbano. Tuvieron que formar equipos y la mayoría de las veces ni se conocían entre sí, pero como cada uno de los integrantes tenía roles diferentes, todos hicieron su parte para generar el proyecto final y presentarlo ante el jurado.

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Platicamos con los ganadores del reto de Hardware e Infraestructura Urbana, “EcobiciTracker”, y con los de Visualización de Datos, “Vida y Muerte”, para saber mucho más de esta onda de los hackatones.

“Vida y muerte” estuvo conformado por diseñadores, extractores de datos y artistas visuales. Se llaman Arturo Adauta, Irving Damián, Denis Regalado, Denise Audirac y Miguel Ángel Luna. Antes de #HackCDMX no se conocían entre sí. Para ganar, trabajaron en el concepto de la vida y la muerte en el DF usando tres sets de datos: de nacimientos, de defunciones y de ubicación geográfica de los hospitales de la ciudad. Luego animaron esta visualización mediante la API de Google para presentarlo de una forma digerida y hasta artística.

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¿Y esto para qué?

Su proyecto ayudaría al gobierno a tomar decisiones, ya que además de saber en qué hospital nacen y mueren más personas, se puede incorporar el motivo de las muertes a la visualización. Así, se puede ir monitoreando la actividad de las clínicas. Para los ciudadanos, esto sería útil porque permitiría saber las causas de las defunciones, la saturación de los hospitales, etc.

Para ganar no todo lo tuvieron peladito y en la boca, porque si bien el gobierno les dio estas estadísticas, no estaban relacionadas: su chambota fue cruzar toda esta data y además unirla con su ubicación geográfica. Además, hubo casos de hospitales donde no existían datos de defunciones pero sí de nacimientos, por lo que se tuvo que descartar aquellos con información incompleta.

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Me dijeron que “Vida y Muerte” nació en el lugar, sin ninguna planeación previa. Luego les vino a la mente la escena de “Macario” donde la muerte le enseña el camino lleno de velas en la cueva y de ahí surgió la idea de hacer una representación gráfica de los nacimientos y muertes. Su esperanza es cambiar políticas de gobierno, especialmente en el sector salud, aunque dicen que cualquier tipo de dato es visualizable, por lo que esto se puede aplicar para otros sectores. Ya el tiempo dirá, pero para facilitar las cosas le piden al gobierno más infraestructura y mejor y más actualizada organización de los datos.

“EcobiciTracker”

Por su parte, en el equipo de “EcobiciTracker” estuvieron Alfredo (diseñador industrial), Roberto Osorio (encargado de la electrónica del prototipo), Alfonso (electrónica y programación) y Adrián Martínez (electrónica y programación). Hicieron un dispositivo para saber la distancia neta que cada bicicleta recorre con el fin de medir con exactitud el desgaste de cada unidad y así destinar recursos sólo a las unidades que requieren mantenimiento y no a todas por igual, representando un ahorro para Ecobici.

Para ello usaron los únicos datos que la empresa tiene sobre su servicio: la hora en que sale cada bicla de la estación, el nombre de la misma, el nombre del usuario y la hora de devolución. Ellos agregaron la parte de la distancia recorrida.

¿Y para los usuarios dónde está el beneficio?

Ellos dicen que saber la distancia recorrida ayudaría a los ciclistas a cumplir con metas de salud o ‘fitness’, por ejemplo. También podrían saber si es más rápido desplazarse a cierto lugar en auto o en Ecobici tomando como base el tiempo de uso de cada transporte.

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¿Y luego?

Pero a pesar de los premios y la alegría de haber superado este reto, ambos equipos coincidieron en que no saben qué pasará con sus ideas después de #HackCDMX. Puede que se exhiban algunos en las paredes del Metro, pero es constante la sensación de que en este tipo de festivales salen proyectos ingeniosos que la gente nunca ve. “La última palabra la tiene el gobierno”, dicen. “Salen muchos proyectos pero se quedan en eso, en proyectos”.

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Tras las 48 horas más intensas de sus vidas, todos están de acuerdo en que esta experiencia fue agradable, les permitió conocer a gente con intereses similares y demostraron que el trabajo en equipo no es un mito. Alabaron la buen organización del Laboratorio de la Ciudad y la propuesta del gobierno para crear un buen entorno de aprendizaje.

Nosotros nos quedaremos atentos para ver si estos proyectos ven la luz o no.