Los chilangos no son los mexicanos que consumen más cerveza, ya que ese privilegio le corresponde a los regios, quienes consumen más de 10 cajas de esta bebida por cabeza cada año, contra ocho de los capitalinos.

Sin embargo, la chela es una vieja amiga de la Ciudad de México, aunque en realidad le costó trabajo ser amada en un lugar donde el pulque era su principal competidor y que fue la bebida reina durante varios siglos.

La cerveza llegó al país con la Conquista, y la primera que se elaboró en la Nueva España –y en toda América– se fabricaba en Amecameca, Estado de México, al pie de los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl, para aprovechar el agua de los grandes manantiales de la zona, los cuales tenían agua pura, no como la estancada del lago de Texcoco. Esto por ahí de mediados del siglo 16.

El lugar en donde se encontraba esta cervecería se llamaba Hacienda El Portal, por lo que hay quien asegura que se encontraba en lo que hoy es la zona de Portales, en la Ciudad de México, pero este último dato no es real.

Sin embargo, la cerveza no pegó y optaron por importarla de Europa, lo cual la hizo un producto lleno de impuestos y, por lo tanto, caro. Aunque hay registros de la elaboración de algunas cervezas artesanales, nunca tuvo una producción significativa en el país.

Cerveza Hospicio de los pobres

Fue hasta después de la Independencia cuando empezaron a llegar las cervecerías a México, especialmente porque en Estados Unidos y en algunos territorios del norte que todavía eran del país, como Texas, ya se empezaba a producir con éxito; además de que, al desaparecer los impuestos, era una bebida con un costo más accesible para todos.

Así, llegaron varios a pedir la exclusividad para producir cerveza, especialmente en la Ciudad de México, pero el que tuvo más éxito fue Justino Tuallion, quien fue el primero que obtuvo el permiso para abrir su fábrica. En realidad hubo otros, pero él fue el único al que le fue bien.

Su cervecería se encontraba en un edificio localizado en el cuadrante que hoy forman las calles de Revillagigedo, Balderas y Avenida Juárez, en el Centro Histórico.

En ese inmueble se había establecido en 1744 una institución de beneficencia conocida como el “Hospicio de los Pobres” y que, para subsistir, le rentó a Tuallion parte de sus instalaciones, que tenían algunas ventajas de lujo para la época, como una toma de agua, la cual se podría usar para producir cerveza.

Así, la cerveza que se producía ahí, tomó el nombre del lugar: Hospicio de los Pobres.

Después llegaron otras cervezas producidas, principalmente, por ingleses, alemanes y suizos que instalaron sus fábricas en lugares como San Cosme, y después se extendieron a otros estados, como Jalisco y Veracruz. Aunque siempre la ventaja la tuvieron los estados del norte.

Pero el privilegio de ser la primera chela chilanga fabricada con éxito es para la cerveza Hospicio de los Pobres.