ACTUALIZACIÓN:
En una versión anterior de esta nota publicada en 2011, la reportera omitió citar el nombre de la autora, la Dra. Violeta Vázquez-Rojas Maldonado, quien no tiene ninguna relación con Chilango, y escribió el texto originalen el que está basado el que a continuación se lee y que, a su vez, recibió en un e-mail de un lector. Ofrecemos una disculpa a la Doctora por esta omisión involuntaria y sin dolo.

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No sé qué es lo que sucede, pero los mexicanos tendemos a hablar en diminutivo, nos gusta adornar las palabras y ponerles un toque de ternura. Modificamos e inventamos el lenguaje a nuestro antojo y, sin darnos cuenta, de repente decimos cada jalada que parecemos Topogigio…

Aquí 3 teorías de por qué lo hacemos:

1- A los mexicanos nos gusta ser excesivamente amables. Hablar de forma seria y formal nos parece agresivo. Si queremos pedir algo jamás decimos “deme el salero”, lo transformamos en un largo, meloso y lindo: “Holaaaa, disculpa, si no es mucha molestia me pasarías el salerito, porfiiiis. Mil gracias, qué lindo”.

2- Nuestro idioma es de estructura complicada, tiene palabras que suenan rudas y hablarlo de manera formal podría sonar muy propio, por lo que las alteramos para sonar menos estructurados: “Disculpe, ¿este autobús se dirige hacia el norte de la urbe?”. Mejor decimos: “Hola, ¿sabes si este camioncito me lleva pal´ norte?

3- Somos adictos a los modismos, no por algo tenemos más de “N” mil significados para cada mala palabra. “chin… tu madre”, “estuvo bien chin…” “En la fiesta había un chin… de alcohol”.

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Existen diminutivos excesivamente ridículos. De la nada, decimos palabras que pareciera que provienen de un programa tipo Teletubbies. Aquí algunos ejemplos:

Un sustantivo

Mira ese pajarito.

Un adjetivo

La camionetita blanquita.

Un cuantificador

No entendí nadita — Sírveme poquito, no tengo mucha hambrita.

Un pronombre

Le dije aquellito.

Un verbo

Nos salimos corriendito.

Un adverbio de lugar

La tienda está enfrentito; hazte pa-allá-cito.

Un adverbio de tiempo
Venga más tardecito; ya merito llega la patroncita.

Un adverbio de modalidad

De veritas, le digo la puritita verdad.

Un adverbio de cantidad

Ven tantito, un ratito.

Un triple diminutivo

Vamos por tantitito heladito a la tiendita.

Otro diminutivo del diminutivo

Tantitititito, poquititititito.

Unos tiernos perritos de adorno para que sigas leyendo 🙂
36671Unos tiernos perritos de adorno, sigue leyendo :)

Unos tiernos perritos de adorno, sigue leyendo 🙂 (Especial)

Ocasiones en las que más los utilizamos:

1- Para auto-engañarse: Iré sólo un ratito. Sólo la puntita.

2- Para pedir favores: Por favorcito. Con permisito.

3- Para intensificar los insultos: Manchadito, chingaquedito.

4- Para fingir modestia: Con mis ahorritos me compré esta casita.

5- Para rehusarse a hacer favores: Ahorita. Al ratito.

6- Para hacer más apetitoso un platillo: Así, con sus frijolitos, su salsita, su guacamolito.

7- Para alivianar diversas formas de discriminación: Negrito, feito, rarito.

8- Para fingir que no estás enojado: ¡Ay, Danieliiiito, ya la regaste!

Otras palabras que también usamos mucho:

Sabrosito, nubecita, amiguita, mi amorcito, agüita, viajecito, chupecitos, barcito, fiestita, tardecita, cigarrito, traguito.

¿Ustedes que diminutivos usan (y saben que suenan ridículos)?
Comenten 😉
Yo confieso hablar como Teletubbie.