Ok, seguramente tú no ves Pocoyó (la serie del niño de corta edad que está descubriendo el mundo y que no está solo, pues lo acompañan sus amigos Pato, Elly, Pajaroto y su mascota Loula), pero casi podemos apostar que tu primita sí. Por eso, te mostramos la conversación que impresionará a la familia durante la sobremesa, te sacará del autismo que vives con tu iPhone y te dará puntos para esos préstamos o permisos. Y si tienes chica con hermanos pequeños, ya la hiciste.

Para Carsí, animar es crear la ilusión de la vida, convirtiendo a los animadores en una especie de Frankestein moderno. Por un lado, en Pocoyó destaca la sencillez, pues la serie está hecha con un fondo blanco que permite una mejor lectura de las imágenes y tiene personajes elaborados que lo convierten en un producto de calidad para chicos y grandes (como decía el Tío Gamboín, o ¿era Chabelo?). Por otro, su nuevo proyecto se llama Doomed, lo define como “un cartón biológico con personajes animales no humanizados, de buen gusto, no desagradables, que no inspiran miedo y parecen surgir de una mezcla de distintas especies con un gen de humano idiota”. Un proyecto completamente diferente a Pocoyó dirigido a otro tipo de público que dotará de conocimiento biológico al espectador.

Esta fue nuestra conversación…

En Pocoyó vemos fondos limpios, con poca escenografía y en Doomed vemos fondos más orgánicos, ¿de dónde obtienes inspiración?

Lo del fondo blanco es para situarte en un lugar irreal, donde no hay tiempo pero tampoco es un planeta perdido, es como lo de Matrix que no estás en ningún sitio pero puede parecer cualquier cosa, no sabes si es de día o de noche, estás en un punto muy curioso… Me gusta mucho. Aparte no tengo que estar dibujando fondos, sólo lo que hace falta en cada momento.

¿Cuánto tiempo te tardas en elaborar un capítulo?

En Pocoyó éramos un grupo de 40 personas pero es muy distinto cuando estás empezando a cuando la máquina ya está funcionando; tal vez uno o dos meses. En el piloto de Doomed tardamos cinco meses porque partimos de cero, tuvimos que crear todo desde el principio.

¿Qué software utilizas para trabajar tus animaciones?

La serie se hace con XSI y Maya, yo no animo directamente, dibujo primero y luego los animadores hacen su trabajo.

¿Qué limitantes encontraste cuando comenzaste en el mundo de la animación?

Es complicado que te dejen hacer algo diferente y original porque se siguen normas o lo que está de moda, y poca gente se atreve a arriesgar.

Como en el caso de Doomed que es una serie muy arriesgada, ¿no crees?

Definitivamente. La gente me pide Pocoyó 2 entonces cuando llevo estos bichos se espantan. Pero, bueno, es lo que apetecía hacer. Aunque también estoy preparando otra serie preescolar diferente a Pocoyó.

¿Y para cuándo veremos Doomed?

Espero que para este año podamos cerrar algo y empezar a hacerlo como miniserie para llevarla a varias partes del mundo.

Por último, ¿qué consejo le das a los animadores mexicanos?

Que no tengan sólo influencias del mundo de la animación, sino de distintas disciplinas artísticas, incluso de la música o de la vida misma porque si te concentras en el mundo de la animación acabarás repitiendo.