"Sí", "no", o cualquier monosílabo. En el caso de los smartphones da igual, pero ¿Es en serio que van a gastar un sms en decir "sí", o peor "ok"? Mínimo hay que agregarle algo, como un "sí, sí voy" o un "ok, yo le digo". Es nefasto que interrumpan lo que estés haciendo en el momento, con un mensaje tan raquítico.

Ofertas de la compañía telefónica. Es desesperante recibir todas las promociones que nuestro queridísimo proveedor de servicios tiene para nosotros. Si quisiéramos algo de lo que ofrecen, ya habríamos hablado a un centro de atención a clientes, a ver si lo tienen. Es una cuestión como de castings: "no me hables, yo te hablo".

Mensajes muy largos. Los odiamos porque se tardan en llegar completos. Estás muy feliz leyendo tu kilométrico mensaje, y justo cuando llegas a la parte más importante, se corta el mensaje y tienes que esperar a que a la otra parte se le ocurra llegar.

Loz m3nzajitooooz escritOooOOoos azi!! Es increíble, pero todavía existen muchos pubertillos que escriben así. Si es difícil leerlo, imaginen lo tardado que es escribirlo.

"Al rato que te vea te tengo que decir una cosa". ¿Entonces por qué no te esperas a verme, en vez de dejarme en tensión? Este, y otros mensajes que nos dejan en suspenso son nefastísimos. Nos dejan horas -o días- en la intriga total, y en la mayoría de los casos, lo que nuestro chistosito amigo nos tenía que contar no era tan importante.

Recordatorios de que tu saldo se va a acabar. Cada vez que recibes una llamada y tienes muy poco crédito, o ya de plano nada, algunas compañías te envían un mensaje recordándote tu pobreza. Una vez está bien, pero ¿Cada vez que recibes una llamada? Si no quieres ponerle crédito a tu celular, es tu problema, no de la compañía.

"T vo mñn n l scl" Parece que quieren mandarte un acertijo, más que un mensaje. Aclaremos: una cosa es abreviar algunas palabritas, y otra codificar el mensaje entero. Algunas veces, necesitas un intérprete.

LOS QUE ESTÁN ESCRITOS EN MAYÚSCULAS. Por alguna razón, parece que te están gritando, o que te están regañando.

"¡Que onda! ¿Cómo estás?" Hay dos vertientes. O te lo manda tu amigo que no tiene nada que hacer, y planea que gastes tus mensajes para entretenerlo, o el educadito qu te quiere pedir algo, pero antes quiere hacerte la plática para no sentirse muy oportunista. Nosotros pensamos que si el mensaje te cuesta, olvídate del protocolo y ve al grano.

Mensajes de borrachos. Algunos nos dan mucha risa, lo admitimos, pero nos da flojera cuando alguien nos manda mensajitos para desahogar sus penas amorosas, y peor cuando nosotros somos los causantes de ese sufrimiento. Además, estos borrachines tienen la puntería de mensajearnos el día que decidimos no salir, y estábamos dormidos como piedras.