Desde hace 47 años, cada 2 de octubre en la Ciudad de México se piensa en Tlatelolco como el lugar en el que se desarrollaron los terribles hechos que terminaron con una multitudinaria matanza de estudiantes y civiles en 1968.

Sin embargo, ese día únicamente culminó una cadena de hechos que se llevaron a cabo durante varios meses en diferentes partes del DF, así que aquí recordamos algunos de ellos.

La Ciudadela, donde empezó todo

El 22 de julio de 1968, después de un partido de futbol, la plaza de la Ciudadela -muy cerca de la esquina de Avenida Chapultepec y Balderas- fue sede de una riña entre alumnos de las Vocacionales 2 y 5 del Instituto Politécnico Nacional y estudiantes de la preparatoria Isaac Ochoterena, que estaba incorporada a la Universidad Nacional Autónoma de México. Estas tres escuelas se encuentran en los alrededores de este lugar.

Los politécnicos apedrearon la fachada de esa prepa, dañaron varios vehículos y regresaron a sus escuelas, provocando quejas de vecinos, sectores conservadores y varias autoridades locales y federales.

Al siguiente día, un grupo supuestamente formado por universitarios apedreó las instalaciones de las vocacionales y generaron diversos disturbios en los alrededores, lo que generó que el 24 de juliolas vocas fueran tomadas por la Policía (recordemos que en esos años no había un gobierno local como el actual, por lo que el Regente, máxima autoridad del Gobierno del DF, era nombrada directamente por el Presidente y no mediante una elección).

Todo esto desembocó en que el 26 de julio se organizara una manifestación de estudiantes del IPN, la UNAM y otras escuelas para exigir la liberación de las instalaciones del Poli que habían sido tomadas por la Policía, además de que hicieron un llamado a la huelga. Pero esa manifestación se cruzó con otra de grupos comunistas que conmemoraban la Revolución Cubana, por lo que decidieron unirse para ingresar al Zócalo, pero la Policía se los impidió y reprimió la protesta de manera violenta, provocando hechos violentos en los alrededores del Centro Histórico.

Con estos hechos, inició oficialmente el conflicto estudiantil cuando estudiantes de la UNAM y el IPN se fueron a la huelga.

El Colegio de San Ildefonso: El bazucazo

En estas instalaciones de la UNAM en el Centro Histórico, a un costado de donde hoy se localiza el Templo Mayor (en ese entonces todavía no lo habían descubierto), se encontraba la Preparatoria 1.

Tras la represión de la manifestación del 26 de julio, alumnos de diversas escuelas de la UNAM y el IPN decidieron tomar sus instalaciones. El 30 de julio, el Ejército decidió “liberar” y ocupar esas sedes; sin embargo, en la Prepa 1, al toparse con que los estudiantes se negaban a salir, los soldados derribaron la puerta principal con un disparo de bazuca y entraron, no sin antes detener a varios estudiantes.

La esquina de Insurgentes y Félix Cuevas: La piedra del 68

Pocos saben que en el camellón que hoy divide ambos sentidos del Metrobús, localizado en la esquina de Insurgentes y Félix Cuevas, a un costado de la tienda departamental Liverpool, se encuentra un monumento que es conocido por algunos vecinos como “la piedra del 68”.

Este monumento, que efectivamente es una roca, conmemora la marcha del 1 de agosto de 1968, la cual partió de Ciudad Universitaria y fue encabezada por el propio Rector de la UNAM, que en ese entonces era Javier Barrios Sierra.

Algunos registros de la época indican que la marcha tenía como destino el Zócalo, pero los organizadores decidieron llegar hasta esa esquina debido a que reportaron la presencia de policías en los alrededores, y ante los recientes acontecimientos de represión al movimiento, no avanzaron más.

No era una época en que las marchas fueran comunes, por lo que esta manifestación fue memorable por eso, además de que fue la primera de movimiento estudiantil y por su asistencia, que según algunos cuentan, fue de 100 mil personas.

El Zócalo: Tanques contra la multitud

En 1968 todavía existía la tradición de que el Informe de Gobierno del Presidente en turno fuera un discurso acompañado de un gran evento, en donde el mandatario desfilaba desde Palacio Nacional por algunas calles del Centro –entre aplausos y pepelitos de colores- para dirigirse a la Cámara de Diputados, que en ese entonces se localizaba en Donceles, donde hoy está la Asamblea de Representantes.

Como ahora, la fecha del Informe de Gobierno era el 1 de septiembre, pero días antes, el 27 de agosto, se llevó a cabo la segunda gran marcha de estudiantes hacia el Zócalo (la primera fue el 13 de agosto), la cual partió de Paseo de la Reforma, frente al Museo de Antropología.

El mitin en el Zócalo se prolongó, hubo discursos y hasta se izó la bandera de huelga en lugar de la bandera nacional al centro de la Plaza de la Constitución mientras alguien hacía sonar las campanas de la Catedral en apoyo al movimiento, además de que, al caer la noche, se encendieron antorchas y se invitó a los presentes a, como se diría ahora, “permanecer en plantón indefinido”.

Sin embargo, durante las primeras horas de la madrugada del 28 de agosto, arribó al Zócalo el ejército con armas y hasta tanques (oficialmente llamados “vehículos blindados”) para desalojar la Plaza de la Constitución haciendo uso de la fuerza y portando armas.

El Zócalo permaneció libre para que el día del Informe de Gobierno se llevara a cabo sin problemas y, en su discurso, el Presidente Gustavo Díaz Ordaz advirtió que el gobierno había sido tolerante “hasta excesos criticables”, pero que ya no iban a permitir que eso continuara, refiriéndose a la protestas estudiantiles.

Paseo de la Reforma y Avenida Juárez: La Marcha del Silencio

Para demostrar que no eran “provocadores y revoltosos”, como habían sido calificados por las autoridades, 250 mil personas marcharon por Paseo de la Reforma en completo silencio y portando únicamente carteles y tapabocas.

Esta manifestación, que es conocida como “la Marcha del Silencio”, culminó en Avenida Juárez, que en aquel entonces era parte del corazón comercial del Centro Histórico, y varios de los registros de la época narran que lo único que podía escucharse eran las pisadas de las personas que participaban en ella.

Ciudad Universitaria: La ocupación del Ejército

El 15 de septiembre, el ingeniero Heberto Castillo, uno de los personajes más importantes de la izquierda de ese entonces (20 años después, en 1988, sería parte importante de la política nacional y candidato a la Presidencia, a lo cual renunciaría para apoyar a Cuauhtémoc Cárdenas) y académico de la UNAM, dio el “Grito” de Independencia en Ciudad Universitaria.

Tres días después, en la noche del 18 de septiembre, el Ejército ingresó a Ciudad Universitaria, detuvo a cerca de 500 personas y permaneció dentro de las instalaciones, impidiendo el paso con tanques y vehículos durante varios días.

El 24 de septiembre, el Ejército también tomó las instalaciones del IPN en Santo Tomás, donde hubo un largo enfrentamiento con los estudiantes.

El 30 de septiembre, el Ejército desocupó las instalaciones de Ciudad Universitaria; el 1 de octubre se reanudaron algunas de las actividades en la UNAM y se convocó a un mitin para la tarde del 2 de octubre.

¿Recuerdas otro lugar icónico del movimiento del 68 en la Ciudad de México?

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