Los asaltos, secuestros, levantones, robos, violaciones, homicidios y un largo etcétera no son sorpresa para quien vive en ese municipio del Estado de México. Pero las mujeres de entre 13 y 19 años parecen tenerla más difícil en este rumbo: cualquier día en Ecatepec puede ser el último de su vida.

«Dicen que la delincuencia va bajando, pero bajando a los canales, porque nosotros seguimos encontrando cuerpos». Las palabras son de un bombero de la División de Protección Civil y Bomberos de Ecatepec que trabajó durante los tres meses que duró el dragado del Gran Canal del Desagüe, ordenado por una juez para buscar restos humanos y esclarecer así las desapariciones de varias jóvenes, en el tramo que va de la entrada de Héroes Tecámac hasta la carretera a Tonanitla. En esta zona, unos cinco kilómetros, el Gran Canal corre a la par del Circuito Exterior Mexiquense y divide los municipios de Ecatepec y Tecámac en el Estado de México.

Este hilo de aguas negras sale del oriente del Distrito Federal y luego recorre los municipios mexiquenses de Ecatepec, Tecámac, Tonanitla, Jaltenco y Zumpango en sus 47.52 kilómetros de longitud total. La parte defeña está entubada, pero el canal es una vena abierta en el Estado de México. El Gran Canal traga autos, llantas, sillones… todo lo que alguien quiere hacer desaparecer lo tira a esta zanja oscura y hedionda.

«Nos dijeron que acompañaríamos a una ministerio de Toluca [no recuerda el nombre] a buscar cuerpos humanos que habían aventado al canal», dice el mismo bombero, que prefiere mantenerse en el anonimato. Diariamente, trabajaron cinco de ellos acompañados de la fiscal, un perito, criminólogos y agentes de seguridad pública en jornadas de nueve de la mañana a tres de la tarde. Primero iban en lanchas buscando cuerpos, ayudados de ganchos. Después pidieron la draga. «De todo sacamos. La gente iba despedazada, ningún cuerpo medianamente entero».

Estos hallazgos ocurrieron en diferentes tramos. Los encontraron entre la basura que sacaba la draga o en bolsas negras de plástico. «Un día sacábamos una cabeza, otro, unas piernas, al otro, los torsos, los brazos y así». Cual rompecabezas, los cuerpos se iban armando en el Ministerio Público. «En total, cuando se hizo el recuento, fueron 13 cuerpos completos. Otras partes que quedaron sueltas, como palmas y pies. Tres cabezas parecían de mujer, pero el resto, ya estaba muy descompuesto».

Sin embargo, la procuraduría estatal negó que el canal fuera un cementerio de agua, pero en un comunicado reconoció que encontraron “6,962 restos de animales, 60 restos humanos pertenecientes a una misma persona y 19 más que están en estudio”.

David Mancera Figueroa, presidente de Solidaridad para las Familias, una asociación civil fundada hace 13 años para ayudar a mujeres víctimas de violencia y a familiares de personas desaparecidas, recuerda la única vez que las fiscales de la Procuraduría General de Justicia del Estado de México reconocieron haber recuperado más de un cuerpo del Gran Canal. «Al finalizar unareunión en Toluca con familiares de desaparecidas y las fiscales de Trata de Personas, Feminicidios, Homicidios y Desaparecidas de la PGJEM le comento a la licenciada Guillermina Cabrera, que era Fiscal del Estado de México: “Tengo conocimiento de que en el dragado del río sacaron 46 cuerpos”. Ella apenas me dice que sí cuando la subprocuradora de Género, junto con la fiscal de Feminicidios, interrumpen: “Se equivoca, señor Mancera. No son 46 cuerpos, son 21 y de los 21, 14 son de mujeres”».

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Uno de los cuerpos encontrados fue el de Diana Angélica Fuentes Castañeda, de 14 años. Fue vista por última vez el 7 de septiembre de 2013, cuando cruzaba el llamado puente agrario que pasa sobre los ocho carriles de la carretera Lechería-Texcoco, más el camellón de las torres de luz, y que conecta Ecatepec con Tecámac. Diana Angélica había pedido permiso para ir a casa de una amiga en los Héroes Tecámac; después irían juntas a una fiesta. Nunca llegó. Es un trayecto que, a lo mucho, se recorre en 20 minutos caminando.

El puente agrario es famoso por los asaltos, violaciones, asesinatos y levantones que ahí ocurren. Es como una rampa construida con puntos ciegos, trampas y escondites. Del lado de Ecatepec lo rodean baldíos y zonas poco iluminadas y no se recomienda transitarlo después de las seis de la tarde.

En octubre de 2014, la Procuraduría estatal informó a la familia que habían rescatado un cuerpo del Gran Canal (en los trabajos de dragado), que, probablemente, se trataba del de Diana Angélica. Dos meses más tarde, tras las pruebas de ADN, confirmaron la mala noticia. Sus restos serían entregados a la familia.

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