Históricamente, la Ciudad de México es una de las capitales futboleras más importantes del planeta, ya que, además de que aquí se han jugado dos finales de Copa del Mudo, ha sido sede de hasta cinco equipos de Primera División.

Hoy, en el DF juegan los Pumas de la UNAM, las Águilas del América y Cruz Azul, pero hasta hace unos años era también casa del Atlante y del Necaxa.

Edificados a mediados del siglo 20, los estadios Olímpico de Ciudad Universitaria, Azteca y Azul son las sedes actuales del futbol profesional en la capital, pero, en otros años, la casa de los Pumas fue casa del América, mientras que la casa del América fue también donde el Cruz Azul vivió como local sus años de gloria, y el Atlante realizó una gira que comprendió todos los estadios chilangos, más el de Querétaro y Neza.

Echemos un vistazo a la historia de estos colosos del Pedregal, Santa Úrsula y la colonia Nochebuena, así como al paso de algunos de los equipos más populares del futbol mexicano por sus canchas.

La Ciudad de los Deportes

Inaugurado en 1946, este estadio formaba parte de un viejo proyecto que contemplaba la construcción de un complejo deportivo que daría servicio a la zona sur de la Ciudad de México, que empezaba a crecer en esos años.

El proyecto original contemplaba áreas residenciales, canchas de tenis, albercas y un frontón, pero lo único que se alcanzó a terminar de construir, además de un boliche que hoy es un supermercado, fueron las dos obras monumentales que hasta hoy permanecen en la zona: la Plaza de Toros México y el Estadio de la Ciudad de los Deportes (el actual Estadio Azul).

Aunque fue originalmente pensado para el futbol americano, el futbol no tardó en llegar al Estadio de la Ciudad de los Deportes que, al igual que la Plaza México, se encuentra edificado en desnivel, ya que se aprovechó la excavación dejada por una ladrillera que se encontraba antiguamente en ese lugar.

Así, este estadio sin estacionamiento y rodeado de departamentos y oficinas, fue casa, entre 1947 y 1955, del América y del Atlante; ese mismo año también dejó de ser sede del Necaxa, que jugaba ahí desde 1950.

El estadio dejó de ser utilizado para el futbol y, durante varios años, prácticamente no abrió sus puertas de manera regular para ningún otro deporte.

En 1983, cuando el dueño del Atlante era el Instituto Mexicano del Seguro Social (sí, el IMSS tuvo hasta dos equipos de futbol de Primera División en esa época), regresó a este estadio y lo rebautizó como Azulgrana, haciendo honor a los colores del club. Fueron necesarias algunas remodelaciones, como quitar los postes de alumbrado que estaban colocados a un costado de la cancha.

En 1984, el IMSS se deshizo del Atlante y se lo traspasó al Departamento del Distrito Federal, así que el gobierno local fue su dueño (es como si hoy Mancera decidera operar un equipo de futbol rascándole al presupuesto de la Ciudad) hasta 1987, cuando decidió venderlo.

Los nuevos dueños en 1989, se llevaron al Atlante a Querétaro, pero en 1990, tras un paso por la Segunda División, regresaron al Estadio Azulgrana, donde permanecieron hasta 1996, cuando volvieron a cambiar de casa.

Ese mismo año, el inmueble fue ocupado por otro equipo, el Cruz Azul, por lo que el nombre de este inmueble cambió al actual: Estadio Azul.

103299El Azul se inauguró en 1946

El Azul se inauguró en 1946 (Facebook Estadio Azul)

Desde entonces, ha sido la casa de la Máquina Cementera, aunque entre 2000 y 2002 la compartió otra vez con, ¿quién creen?, el Atlante… quien después se mudó a Neza.

Este estadio también fue sede de la Selección Mexicana en 1992, durante las eliminatorias del Mundial de 1994, cuando el Director Técnico era César Luis Menotti, quien, a pesar de cambiarle la mentalidad al Tri de manera positiva, fue sustituido por Miguel Mejía Barón después de un conflicto de directivos.

CU: la casa… ¡del América!

Este estadio, que fuera sede mundialista en 1986 (ahí jugó Argentina que, de la mano de Maradona –literalmente hablando- resultó campeón de ese torneo), fue inaugurado en 1952 y es el único que se localiza dentro de un área considerada Patrimonio de la Humanidad.

Desde 1954 ha sido sede de los Pumas de la UNAM, pero en 1955 compartió esa cancha con el América, quien jugó de local en CU hasta 1966, unos 20 años antes de que empezara a acuñarse la gran rivalidad que existe actualmente entre ambas instituciones.

En ese mismo lapso, que fue previo a los Juegos Olímpicos de México 68, también jugaron en ese estadio el Necaxa y el Atlante. Asimismo, entre 1952 y 1966, fue sede de la Selección Mexicana, aunque en esa época el futbol americano era el deporte consentido de los universitarios.

Cuatro equipos, hasta 120 mil espectadores

La del Estadio Azteca es la cancha donde más partidos mundialistas se han jugado en la historia (19) y llegó a ser la sede de cuatro equipos de Primera División entre 1971 y 1993.

Cuando fue inaugurado, en 1966, en el Coloso de Santa Úrsula, que tenía capacidad para 120 mil personas, jugaban como local el América, el Necaxa y el Atlante; y en 1971 llegó, proveniente de Hidalgo, el Cruz Azul.

También en 1971, a alguien se le ocurrió acabar con el tradicional Necaxa y vestir a sus jugadores con un short negro y una camiseta blanca, para bautizarlos como Atlético Español (que ni era atlético ni era español), situación que terminó en 1982. Este equipo, cuya casa era el Estadio Azteca, es el que disputa el partido contra el América en la película “El Chanfle”, de Chespirito (es algo irrelevante, pero lo damos sólo como dato curioso).

Durante varios años, en el Azteca llegaban a programarse hasta tres juegos en un solo fin de semana: en viernes por la noche, sábado por la tarde y domingos al mediodía (ahora hay un partido cada 15 días), pero eso se terminó en 1983, cuando el Atlante salió de ahí, aunque regresó durante otros dos periodos: de 1996 a 2000 y de 2004 a 2007.

En 1996 (un año antes de que el Azteca fuera fugazmente bautizado como “Guillermo Cañedo”), se fue de ahí el Cruz Azul, dejando únicamente al América y al Necaxa.

En 2003, al año siguiente de que estos dos últimos equipos jugaran una final (que fue ganada por las Águilas) y cuyos partidos de ida y vuelta se jugaron en el Azteca, el Necaxa se mudó a Aguascalientes, dejando la casa sola para los americanistas.

Desde ese año, los de Coapa han tenido para ellos solos este estadio que actualmente tiene capacidad para 105 mil espectadores. El Azteca también fue construido para ser la casa de la Selección Nacional, que desde entonces sólo ha perdido dos partidos de eliminatoria mundialista; y en los Mundiales de 1970 y 1986 no perdió un solo juego ahí (inclusive, es el único lugar donde ha ganado el “cuarto partido”).

Aunque el Azul, el Olímpico y el Azteca son casa de tres de los equipos más populares de México, sus tribunas no suelen estar repletas cada fin de semana (como sucede en otras ciudades con similar número de equipos, como, por ejemplo, Madrid), y es indudable que, para los chilangos, el futbol es parte de su vida cotidiana… sean aficionados o no.

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