Los hipsters no son una contracultura –a diferencia de los emos, hippies y punks–.Son una subcultura que no representa una amenaza para las autoridades. No estánrompiendo ninguna norma, ni ley social. Aún así, el odio desmedido hacia ellos es particularmente llamativo.

Aún no conozco a nadie que se haga llamar hipster,aunque cumplan con las cualidades estéticas que los caracterizan, pero he escuchadoun sinfín de personas haciendo referencia a algo o alguien como hipster. Parecieraque lo hipster es un lienzo en blanco al que se le pueden arrojar todo tipo deproyecciones, prejuicios y ansiedades personales.

Hablar de los hipsters como una sola entidad hace que se pasen por alto lasmutaciones por las que se ha pasado para llegar a este punto. Ha habido tantos tiposde hipsters –desde lo que se cree que es el inicio del uso de este neologismo en laera del jazz– que es comprensible la falta de certeza al utilizarlo. Aún así, no hay quepasar por alto las múltiples transformaciones del término.

“El movimiento hipster no produjo artistas, pero sí tatuadores artísticos. No creóliteratura, pero sí hizo un buen uso de las tipografías”, dice Mark Greif en suartículo publicado en la New York Magazine.

Sí, actualmente esta subcultura estácaracterizada por un consumismo extremo, un fetichismo por lo vintage, y lasprimicias culturales.

El término se dejó de utilizar con tanta frecuencia después de la época del jazzy renació en forma de algo novedoso en los 00. Internet ayudó a que se hicieraomnipresente el regreso de los hipsters.

45772La cronología del hipster.

La cronología del hipster. (Especial)

En los dosmiles, los puntos de referenciaviraron de la urbe a los animales y la naturaleza, con una fascinación por losvideojuegos ochenteros, liderados por la página Pitchfork y suscontroversiales reseñas musicales.

Grupos como Grizzly Bear, Deerhunter, FleetFoxes, Department of Eagles, Wolf Parade, Band of Horses, y, principalmente,Animal Collective predominaron la escena musical en esta fase (los nombres aludena este retorno a la naturaleza y lo pastoral). La franela regresó. Las chamarras decazador a cuadros rojinegros y las bufandas proliferaron innecesariamente. La ventade los CDs decreció y la de LPs aumentó.

El gusto es un factor determinante en esta subcultura. En particular éste gira entorno a la adquisición de conocimientos antes que nadie más, especialmente con lamúsica. Éste es el rasgo que ha perdurado a través de las décadas y las múltiplestransformaciones. Esta compulsión por saber más, antes que el resto, es lo que losidentifica. No las marcas y accesorios que utilizan para vestir.

Cortesía de www.loshijosdelamalinche.com