La monumental estatua ecuestre de Carlos IV, mejor conocida como “El Caballito”, diseñada por el escultor y arquitecto de origen español Manuel Tolsá (1757-1816), estará recuperada plenamente el próximo verano, adelantó el director del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Diego Prieto.

El también antropólogo comentó que a más tardar en junio, la escultura que fue dañada en el 2013 por trabajadores del entonces Gobierno del Distrito Federal, verá de nuevo la luz.

Prieto recordó que el INAH presentó una denuncia por hechos, presumiblemente constitutivos del delito, por daños a monumentos históricos, tipificado en la Ley Federal sobre Monumentos, y agregó que “nosotros somos ahí la instancia coadyuvante”.

“Desde el momento en que se presenta la denuncia, toda la investigación corresponde al Ministerio Público Federal y, a la fecha, yo no cuento con el registro último de esa denuncia. De lo que nos hemos ocupado es de restaurar el monumento, y dimos cuenta de la culminación de la primera etapa, de diagnósticos y elaboración de plan intervención, el de restauración está operando”.

“Considero que va muy bien, es una intervención ejemplar, el escenario mundial sobre cómo atender un monumento que fue dañado parcialmente por lo que hace a sus capas superficiales y espero que, como lo ha ofrecido el equipo técnico encargado, a más tardar en junio esté plenamente recuperada la imagen y la posibilidad del disfrute público de la estatua pública ecuestre más importante del Continente Americano”, señaló el funcionario.

Símbolo de identidad y referencia de la memoria colectiva, situada en la Plaza Tolsá, a un costado del Museo Nacional de Arte (MUNAL), la obra tuvo daños irremediables en un 35 por ciento de su estructura, luego de que un equipo de trabajadores del Fideicomiso del Centro Histórico del Gobierno del Distrito Federal emprendiera trabajos de limpieza.

Tras diversas polémicas y vaivenes en torno a una de las más bellas esculturas ecuestres del mundo, erigida a la figura del rey Carlos IV de España, la Contraloría General del Distrito Federal sancionó a cuatro funcionarios menores por el caso: Alejandra Moreno Toscano, autoridad del Centro Histórico, e Inti Muñoz, acabaron separados de su cargo, aunque el segundo se convirtió en asesor de la UNESCO.

La escultura se había dispuesto para estar en la entonces Plaza Mayor de México, hoy Zócalo, por disposición del entonces virrey Miguel de la Grúa y Talamanca, quien encargó a Tolsá la ejecución ecuestre del rey Carlos IV a partir de 1793, para ser inaugurada en 1804.

A cuatro años del incidente que la dañó, un equipo de expertos del INAH, a cargo de Lilian Giourguli Chávez, coordinadora nacional de Conservación del Patrimonio Cultural, trabaja para que en cuatro meses más la monumental escultura por fin se vuelva a exhibir al público.

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