El ejército de Estados Unidos se enfrentó al mexicano en la zona cercana al Bosque de Chapultepec y, tras una fuerte batalla en la que los nacionales estuvieron varias veces a punto de llevarse la victoria, fueron los gringos quienes finalmente salieron vencedores.
Se trató de la Batalla de Molino del Rey, que se llevó a cabo el 8 de septiembre de 1847 en la zona donde hoy se encuentran —para que te ubiques— lugares como La Feria de Chapultepec, Virreyes, Los Pinos y Periférico.
Este capítulo culminante de la Intervención Estadounidense fue uno de los últimos pasos para que el ejército de las barras y las estrellas entrara y ocupara la Ciudad de México —según la historia oficial, cinco días después se registró la toma del Castillo de Chapultepec, donde aparecieron los Niños Héroes, pero ahora no hablaremos de eso—.
La batalla no es lo que nos ocupa aquí, sino la muerte de uno de los generales que participaron en ella del lado mexicano: Lucas Balderas.
“Pobre patria mía”, cuentan que fueron las últimas palabras de este personaje que, seis años después de su muerte, fue ascendido por un decreto del presidente—o “alteza serenísima”, como le gustaba que le llamaran— Antonio López de Santa Anna, con lo que pasó a la historia como uno de los héroes que “murieron por la patria”.
Este es el general Balderas, nacido en Guanajuato en 1797 y partícipe de la Guerra de Independencia, en cuyo honor se bautizó una avenida de unas 10 cuadras que va de Avenida Chapultepec al cruce de Hidalgo con Reforma.
Así que Lucas Balderas es el Balderas de Balderas.

¿Y el cañón?

En el cruce de Balderas y Chapultepec se construyó una estación del Metro, la cual, aunque se inauguró oficialmente el 4 de septiembre de 1969, fue la primera en la que se hicieron pruebas de operación de este transporte colectivo subterráneo de la Ciudad de México.
El símbolo del Metro Balderas es un cañón, pero no hace referencia a la Batalla de Molino del Rey, sino a un monumento cercano que se encuentra en la plaza localizada frente a La Ciudadela —el edificio que hoy alberga la Biblioteca de México —.
Se trata de un monumento inaugurado en 1912 y que está dedicado a José María Morelos, quien pasó sus últimos días en La Ciudadela antes de ser fusilado en Ecatepec.
A los costados de la estatua se encuentran cuatro cañones, los cuales podrían haber sido utilizados en la Independencia —hay quien dice que son más nuevos y que fueron usados en la Decena Trágica, pero hay fotos en los que aparecen antes de que se llevara a cabo ese golpe de estado que terminara con el asesinato de Francisco I. Madero—.
Los cañones de ese monumento de La Ciudadela son los que se reproducen en el logotipo del Metro Balderas.
Así que esta estación es una de las que su logotipo no describe su nombre, sino que hace referencia a algún símbolo cercano al lugar en el que se encuentra. Ya después, a inicios de los 80, Rockdrigo González compuso “Estación del Metro Balderas”, pero ésa es otra historia.