Por segunda vez, la obra del muralista mexicano Diego Rivera llega a la “Gran Manzana”. Desde el 13 de noviembre de este año, el Museum of Modern Art (MoMA), en Nueva York, expone obras inéditas del artista.

La nueva exposición reúne cinco de ocho obras clave realizadas por Rivera para la muestra presentada en 1931. La muestra incluye murales, dibujos, acuarelas y grabados, tres bocetos de 2.43 metros y el imponente prototipo de “mural portátil”, creado en 1930. El punto clave en la exhibición son los materiales del controvertido mural que el mexicano hizo para el Rockefeller Center, un proyecto que esbozó durante su residencia en la ciudad de Nueva York.

Los cinco murales de la retrospectiva de 1931 que se exponen en “Diego Rivera: Murales para el Museo de Arte Moderno” son Zapata Líder Agrario (1931), Guerrero Indio (1931), El Levantamiento (1931), Energía Eléctrica (1931-32) y Fondos Congelados (1931-32).

Dos de los tres murales restantes –Liberación del Peón (1931) y Taladro Neumático (1931-32)– están representados a modo de bocetos de tamaño natural. La muestra contiene materiales de archivo, diseños y fotografías, junto con parte de los archivos del MoMA relacionados con la comisión y producción de esta poco conocida empresa.

Del 22 de diciembre de 1931 al 27 de enero de 1932, Diego Rivera protagonizó la segunda exposición monográfica de la historia del MoMA de Nueva York -el primero fue Henri Matisse-, marcando así un nuevo récord de asistencia en sus cinco semanas de apertura. El MoMA llevó al muralista a Nueva York seis semanas antes de la inauguración de la muestra, y le dio un espacio en el museo para que él mismo ingeniara una forma de resolver el problema de cómo presentar su monumental obra.

Diego Rivera produjo cinco “murales portátiles” independientes –grandes bloques de yeso pintados al fresco, cemento, acero y madera– con imágenes que retrataban el mundo popular mexicano tras el paso vertiginoso de la Revolución y la lucha de clases.