El espectáculo deportivo que más distingue a la Ciudad de México en todo el mundo es la lucha libre y la Arena México es el recinto más importante que se haya construido en todo el planeta para ese deporte.

Localizada en la colonia Doctores, todos los viernes y domingos —o cualquier otro día que haya función— la Arena México se viste de gala y llegan a ella chilangos, gente de otros estados y extranjeros para gozar de las luchas.

Su capacidad inicial era para más de 17 mil personas —siete mil más que al Auditorio Nacional—, pero con las adecuaciones que se le han hecho (un escenario con pantalla gigante y, próximamente, un restaurante), en una función cabrían hasta unas 12 mil. También es que  zonas que ya casi nunca se abren debido a que no ofrecen la mejor visibilidad o ya no resultan tan cómodas.

Aunque hay antecedentes que revelan que hubo algunas exhibiciones durante la intervención francesa del siglo XIX, la lucha libre llegó formalmente a México apenas en la década de 1930, cuando Salvador Lutteroth fundó la Empresa Mexicana de Lucha Libre. Él, que había luchado en la Revolución Mexicana, conoció este deporte cuando vivió en la frontera con Estados Unidos, donde ya empezaba a tener cierta fuerza.

El 21 de septiembre de 1933, organizó la primera función de lucha libre en la Ciudad de México en un lugar al aire libre, que solía usarse para el basquetbol, llamado “Arena Modelo”. Estaba en la calle de Dr. Río de la Loza y tenía gradas de madera con capacidad para unas dos mil personas —dicen que llegaron a entrar hasta cuatro mil—. Lutteroth rebautizó a ese lugar como “Arena México”.

Era la época en la que la migración proveniente de los estados llegaba a la ciudad y, por lo tanto, empezaba a crecer una clase trabajadora con recursos suficientes y tiempo libre para ver espectáculos populares de mayor calidad —las carreras de caballos o el teatro, estaban reservados para las clases altas—.

La lucha libre empezó a convertirse en el espectáculo más importante de la ciudad. Para los años 50, Lutteroth decidió construir un nuevo escenario de primer nivel y que fuera exclusivo para este deporte.

La Coliseo y la construcción de un nuevo foro

Unos años antes, en 1943, Lutteroth había levantado otro importante lugar para la lucha libre: la Arena Coliseo. Por cierto, parte del financiamiento para crear este nuevo foro, lo obtuvo después de que compró el billete 4242 de la Lotería Nacional, el cual salió premiado con 40 mil pesos —de los de ese entonces—.

Después, inspirado por el éxito de la Coliseo, Lutteroth compró varios terrenos que estaban junto a la Arena Modelo, en Doctor Lucio y Doctor Lavista, y a finales de 1954 empezó a construir ahí la nueva Arena México.

La Arena anterior se encontraba en lo que hoy es el estacionamiento, que tiene entrada y salida por Doctor Lucio y Doctor Río de la Loza, y fue lo último que se demolió, por lo que, durante un tiempo, técnicamente hubo dos arenas en el mismo lugar.

La nueva Arena México fue uno de los foros techados más grandes del mundo de ese entonces, con capacidad para 17 mil espectadores, justo en el momento en el que la lucha libre era el deporte más famoso de México.

Su rivalidad con el Auditorio Nacional

Un par de años antes, en 1952, el Gobierno inauguró —sin haber terminado su construcción— el Auditorio Municipal, el cual se localizaba en Paseo de la Reforma y que tiempo después se conocería como “Auditorio Nacional”.

La majestuosidad de la Arena México, de capital privado, empequeñecía al Auditorio Nacional, lo cual no le gustó mucho al Gobierno y, mediante Ernesto P. Uruchurtu, que entonces era el regente del Distrito Federal —el equivalente al Jefe de Gobierno—, decidió ponérsela un poco difícil a Lutteroth.

Aunque se utilizaron los mejores materiales disponibles en la época para su construcción, Uruchurtu ordenó que a las gradas de la Arena México se les hiciera una prueba de resistencia completa, algo nunca antes hecho —ni después— en la Ciudad de México.

Empleados del Gobierno local y hasta soldados colocaron en las gradas del recinto costales de arena en una proporción de una tonelada por metro cuadrado —mucho más peso que el que esa área tiene cuando está llena de personas— bajo el argumento de que el peso aumentaba cuando los aficionados brincaban.

La Arena México pasó la prueba de resistencia y, técnicamente, pasó otra en 1985, cuando del terremoto del 19 de septiembre,  salió totalmente “ilesa”.

Más allá de las luchas

La “catedral de la lucha libre” se inauguró el 27 de abril de 1956 con un cartel de superlujo que incluía a las principales figuras del momento, como Santo y Blue Demon. El actor Mario Moreno Cantinflas fue el padrino y, como se hace cuando se estrena un barco, rompió una botella de champagne, pero sobre una de las esquinas del cuadrilátero.

Así, durante años, además de lucha libre, ha sido escenario de peleas de box y otros deportes, como el basquetbol, recibiendo a equipos como el de los famosos Harlem Globetrotters.

También fue sede de los Juegos Olímpicos de 1968, cuando en ese lugar se obtuvieron dos medallas de oro y dos de bronce para México, convirtiéndose en la mejor cosecha de los boxeadores nacionales en la historia.

La Arena México resultó tan versátil que recibía otros espectáculos, siendo el más memorable el del Circo Atayde Hermanos, el cual se presentó ahí durante varias décadas.

También ahí se presentaba cada año el Holiday on Ice, para el cual, en un despliegue de tecnología, se instalaba una gran pista de hielo.

Además, ahí se han presentado conciertos de artistas como Luis Miguel, Vicente Fernández y Juan Gabriel, además de géneros como rock, banda y varios más.