Hay una palabra para describir la mudanza a la CDMX: atemorizante. Pocas cosas impresionan tanto como los dos pisos del periférico llenos de intersecciones y autos a cualquier hora del día. Cuando llegué a la ciudad me dijeron que había dos opciones, “la amas o la odias, no hay intermedios”.

¿El veredicto? La amé, aunque acostumbrarme no fue nada fácil. Tráfico, filas todo el tiempo, perdidas por aquí y por allá. Seis meses después puedo decir con seguridad que si alguien decide venirse a la capital, le pasarán todas estas cosas:

1. Poco a poco comienzas a entender el arte del albur

Este juego del lenguaje es algo muy mexicano, pero ningún lugar le gana a la Ciudad de México. Aquí vive la reina del albur, ¿así o más claro que los chilangos se llevan el premio? Entenderlo no es tan difícil, al final se trata de frases o palabras con doble sentido. Eso sí, necesitas maña y acostumbrarte a que todo lo que dices (y te dicen) puede tener más de un significado.

2. Aprendes a llevar cambio a todos lados

Aquí tienes que dar propina por todo, no es exageración: al mesero, viene-viene, peluquero, gasolinero, repartidor de comida, músico callejero y limpia parabrisas—aunque hiciste de todo para que no te lavara el vidrio—. Por esto, quedarte sin cambio puede ser una misión casi suicida.

3. Leer noticias se vuelve una costumbre diaria

Siempre pasa algo en esta ciudad que te puede afectar el día completo: una línea del Metro que deja de funcionar, un doble hoy no circula, manifestaciones o avenidas llenas de tráfico. Aprendes —a veces a la mala— a estar informado de lo que pasa a tu alrededor y se te hace costumbre leer las noticias para evitar contratiempos.

4. La palabra tráfico nunca vuelve a ser lo mismo

Nadie que no sea de la Ciudad de México puede quejarse del tráfico porque probablemente vas a reírte y pensarás: “Ay, no sabe nada de la vida”. Después de quedarte atascado por más de dos horas te das cuenta de que antes de vivir aquí eras demasiado quejumbroso con este tema.

5. Descubres que hay muchos mitos acerca de la CDMX (y no todos son ciertos)

No te van a asaltar cada que llegues a un semáforo y no hablan como en La Rosa de Guadalupe. Tampoco diré que es la ciudad más segura del país, pero si tienes sentido común puedes sobrevivir sin problemas, y si tienen un acento peculiar pero no es nada del otro mundo.

6. Se vuelve imposible estar a dieta

Tres palabras: tacos al pastor. Además, por ser una ciudad multicultural,la oferta gastronómica es increíble: comida italiana, española, alemana, japonesa, coreana, venezolana, argentina…Piensa en cualquier país y de seguro te encuentras algún platillo típico por aquí, y ni hablar de comida nacional.

7. Tu mente se abre a nuevas ideas y experiencias

Pueden ser cosas triviales como probar bichos en el Mercado de San Juan o lanzarte a una obra de teatro, o cambios más fuertes como clavarte con el activismo o feminismo. El punto es que si vienes a esta ciudad no sales igual porque te obliga a salir de tu zona de confort y te vuelves más receptor a formas de pensar distintas a las tuyas.

8. Agradeces el transporte público

Sí, podría tener muchas mejoras, pero la Ciudad de México tiene un transporte público que cualquier otro lugar del país envidia. El Metro cruza gran parte de la ciudad y las rutas pasan continuamente. Además es una forma sencilla y barata de moverte.

9. Jamás dices: “No hay nada que hacer”

Es la segunda ciudad en el mundo con mayor cantidad de museos, de hecho puedes ir cada sábado y domingo a uno sin repetir en todo el año. A esto hay que agregarle un montón de eventos como conciertos, obras de teatro, ferias y expos, aperturas de bares y antros. Algo es seguro: no habrá fin en el que digas “no hay nada que hacer”.

10. Quieras o no, vas a amodiarla

La gente que no vive aquí dice que no hay puntos medios, la verdad es ésta: nada (ni siquiera la CDMX) es blanco o negro. Hay cosas que amarás y otras que odiarás. Eso sí, si la disfrutas como se debe la lista de cosas que amas siempre será más grande.

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